9 de enero de 2006

Ser, tiempo

Segundos como hojas otoñales
caen en la lenta lluvia del tiempo,
el futuro llega en el viento
donde vuelan los sueños inmortales.

Estático, sin comprender nada
me entrego al eterno canto,
como un niño que no olvidara el pasado
mezclo deseo y mundo en mi mirada.

Soy el hombre que piensa,
soy el amor que pongo en las cosas,
soy la palabra que late en tu boca,
soy tu aroma en mi cama deshecha.

2 comentarios:

León Sierra dijo...

qué bello, poeta. aún eres capaz de mantenerte... que sigas, que crezcas, que te superes... para amarte y ser, como en tu poema, el amor del que nacemos.

Anónimo dijo...

Veo que despierta dulce y suave, benévolo, este 2006 para ti. Que así siga, inspirando belleza. Felicidades.