Desde abril de 2005, con cambios de nombre, con etapas de intensa publicación y otras de silencio que nunca ha sido definitivo. Pensamientos, música, cine, literatura... Un blog, lo que solían ser los blogs personales. Ante todo, un espacio de expresión.
19 de enero de 2006
Coloso
Tu espalda oculta el sol... tú, el coloso desgarrando grietas al empujar su amor para romper mi tierra; yo, te deseo cuanto más me aprietas.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
El deseo, como carnal apetito, es fugaz. Afortunadamente otras cosas no. Agotar hasta el límite el aliento y el impulso, agota la comprensión del deseo. El amor, cuando es salvaje, desencadena la impaciencia, y ese eco lejano de ansiedad y bocas que palpitan. Pero recuerda, Valmont, que uno solo conserva lo que no amarra.
2 comentarios:
El deseo, como carnal apetito, es fugaz. Afortunadamente otras cosas no. Agotar hasta el límite el aliento y el impulso, agota la comprensión del deseo. El amor, cuando es salvaje, desencadena la impaciencia, y ese eco lejano de ansiedad y bocas que palpitan. Pero recuerda, Valmont, que uno solo conserva lo que no amarra.
Has visto una represenación del Coloso de Rodas?
Bello!
(como tú)
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