4 de enero de 2006

Posibilidad

Te he visto cruzar la sala para ir al baño, yo llevaba días reuniendo fuerzas para tomar impulso, levantarme y seguirte, tú has escuchado mis pasos y antes de entrar me has mirado con un gesto entre la sorpresa y la incitación y yo me he abandonado al vértigo y me he colado tras de ti, dentro no han hecho falta las palabras, un cruce de miradas ha bastado para agarrarte del brazo y arrojarte a una cabina, echar el cerrojo y deshacerte la corbata, arrancarte la camisa y surcar tu pecho con mis labios, mojar tu vello y arañar tu vientre mientras tú sujetabas mi cabeza en tus manos con firmeza, pero tus dedos se enredaban en mi cabello con esa delicadeza que siempre intuí en ti, y cuando mis dientes ya arrastraban tu slip por tus muslos me has levantado y nos hemos besado con la pasión de dos recién enamorados, me has quitado la camisa por arriba y has mordido con cuidado mis pezones, mi costado, mis caderas, has tomado mi sexo en tu boca y lo has lamido dulcemente, sin prisa, mientras yo te decía guapo o me gustas en un ahogo terminal, el ahogo del placer imaginado al masturbarme en la cabina donde tú, de nuevo, no estás.

No hay comentarios: