10 de enero de 2006

Aquella película

¿Te acuerdas, cariño, de aquella película? Era la primera que veíamos juntos, no me preguntes por qué la elegí, sólo había leído sinopsis que luego resultaron superficiales, y es que en realidad hablaba de una pareja que escapa al tiempo y al olvido, que busca lugares donde permanecer, hablaba de los pequeños detalles que conforman el amor, que nos hacen vibrar cuando los reconocemos en el ser amado (como tu ligera dislexia, como mi tono de voz en la cama...), y recuerdo que te tomé la mano y tú te sorprendiste, como más tarde cuando te besé en nuestro pub favorito con la película aún flotando en nuestros labios, y es que no sabías que frente a aquella pantalla me sentí enamorado por primera vez de ti.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para acercarnos a los conceptos grandes e inefables tenemos que hacerlos a través de lo pequeño. En lo pequeño está también el recuerdo de lo infinito. Así, para el amor, el recuerdo nos trae siempre, al pasar el tiempo, esos pequeños detalles, que en otro momento parecieron inútiles y accesorios, pero que constituyen la raiz (imaginaria tal vez, pero tan real) de lo que sentimos. Así, a medida que la vida va pasando por nosotros, reconocemos mejor esas pequeñas esquinas de la existencia, y las valoramos poco a poco más, en su presente. La Felicidad está en ellos, ¿no?

León Sierra dijo...

no lo sabía, (o sí?)...
me enterneces.