Dudar, afilar aristas,
enfrentarme a mis Goliats,
proscribir la burguesía
que asesina a mi animal;
mi hombre se dignifica
siempre que vuelvo a dudar.
Entre idea o acto... ¡acto!
Entre el amor valiente
y una promesa sin plazo,
amor que mira de frente.
¡Amor, sólo el verdadero!
¡Amor, me naces tan dentro!
Y entre todas las dudas
la más bella e intensa, la más pura:
ahora, en este instante...
¿es esto todo lo que puedo amarte?
5 comentarios:
A pesar del viernes, que parece que hace mella en el mundo bloggero, yo, te sigo a la zaga:
La dimensión cuantitativa del amor, mon cher ami, a pesar de ser la que democratiza más su concepción, no es la única ni la más importante.
¿Qué me dices de la naturaleza del amor??: ese bosque de especies, familias de especies y espcímenes singulares???
¿QUé me dices de la temporalidad?? El amor es un concepto con una dimensión temporal que lo convierte en algo en transformación, contínuamente cambiando de registro y de necesidad.
¿qué me dices de la subjetividad? Tras la palabra, cada ser dibuja en su mente un paraiso, una vivencia para entregarle ese nombre. Una vez hecha la elección, poco nos paramos a dudar si el significante sigue representando al significado.
Intentar representar el amor es un acto de valentía, pero también de fatuidad. Y, sin embargo, sigue siendo de las pocas armas que tenemos de defender nuestro grito de asombro frente al incomprensible dilema de la existencia.
Por cierto, que es una pena que te hayas prohibido a ti mismo no contestar los comentarios en tu foro. Los temas que provocas tú aquí, son aquellos en los que más curiosidad tengo de saber de ti.
¿Lo es?
no sé...
ya sabes cuando digo que no sé, igual sí que lo sé.
no sé...
humm, yo creo que siempre se podrá un poquillo más, no? o... no sé... jeje
Quiero leer cinco razones por las cuales no debiera hablarte nunca. Escritas en tu estilo.
Tómalo como un juego.
Te he dejado la tarea en mi blog.
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