29 de mayo de 2009

Réquiem

Tras el rito milenario vuelve el rito cotidiano.

La levedad se eleva sobre la gravedad, la risa arrastra el llanto, la comida llena los estómagos.

Es la muerte o nosotros, yo también remo a ciegas huyendo del dolor.

Veo la ciudad donde nací aniquilada por mi deseo, veo mi propio ataud, veo ponerse el sol en mi ocaso.

Trato de entender. Desaparezco.

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