31 de enero de 2009

Entre les murs


Palma de Oro en Cannes 2008, estrenada en España con el anodino título de "La Clase", esta película dirigida por Laurent Cantet alcanza y sobrepasa a fuerza de verdad y extrema sensibilidad las metas que se plantea. "Entre les murs" fue una novela escrita por François Bégaudeau, co-guionista del film y ‒nada arbitrariamente‒ actor principal en el papel del profesor de Lengua y tutor de la clase a la que seguimos desde el primer hasta el último día del curso en un instituto de un barrio periférico de la capital francesa. Una clase que aglutina a alumnos y alumnas procedentes de Marruecos, Malí, China, y otros países con extremas diferencias culturales, económicas y sociales, mezclados con compañeros originarios de Francia que son una minoría. ¿Nos suena de algo?

En la primera escena vemos a François tomando un café. Es un momento de calma, y sin embargo la cámara en mano agitándose nos deja la sospecha de que esa calma es aparente, frágil. Basta con que abandone el lugar, cruce la acera, y nos sumerjamos en la vorágine de ese primer día de clase, para entender que le esperan nueve meses duros, de problemáticas cruzadas que generan conflictos permanentes y evolutivos donde el profesor, en el aula y muchas veces también fuera de ella, está solo.

Las secuencias en la clase se alternan con otras donde vemos a los profesores presentándose el primer día del curso, en sus descansos, en sus reuniones, en sus momentos de furia donde desearían abandonar a su suerte a unos adolescentes que, si algo queda claro en el film, son víctimas. Esa mirilla privilegiada que no suelen mostrar este tipo de films completa el panorama que de esta clase entre las paredes nos ofrece Laurent Cantet. Hay quien dice que esta película se acerca al documental, que sería un falso documental, y no estoy de acuerdo. Es ficción, como lo era la novela, y si nos hace pensar en ese género cinematográfico es por su extrema cercanía y desnudez al abordar un tema tan complejo, tan lleno de matices. "La clase" es más que la clase, es asomarse a los límites del capitalismo, las barreras migratorias, la exclusión como signo grabado en la frente de una juventud sin referentes. "La clase" es una película necesaria, vibrante como esa cámara en mano, donde se funden todas las esferas como en esa escena -una de las mejores- donde la posible expulsión del país de la madre de un alumno chino se conoce en la sala de reuniones al mismo tiempo que el embarazo de una de las profesoras. Los polos de un universo en continuo movimiento.
Por algún comentario escuchado al acabar, e incluso durante la proyección por parte de unas señoras del Madrid de toda la vida sentadas detrás de mí, creo que esta película retratará de forma precisa a cada espectador (cualidad que, no obstante, es propia del buen cine). Aquellos que rechazan la inmigración sentirán reforzada su tesis porque solo verán conflictos y más conflictos, negros y árabes y chinos perturbando el progreso de sus compañeros francesitos de pura cepa e inocentes de la invasión. Sin embargo, los que nos gusta que nuestro país albergue a las personas que vienen de fuera, también encontramos puntos de anclaje en esos oasis de esperanza, de posibilidad de entender y conectar con esos chavales, que nos ofrece una película inequívocamente del lado de este segundo bando. Asimismo, "La Clase" potenciará o aniquilará la vocacion por la docencia de más de uno y de una. En mi caso, que no la tenía a pesar de haber ejercido de profesor en diferentes ámbitos varias veces durante el pasado, tal vez la haya despertado.

Bravo por los actores (François, resto del claustro, y adolescentes sin formación dramática que, literalmente, llevan en la piel a sus personajes). Bravo por el guión, sin trampas, lúcido. Bravo por la dirección, precisa y sin un plano sobrante. Bravo por esa banda sonora por su inexistencia, ya que habría estorbado fuera cual fuera. Y bravo por ese final, poético, altamente elíptico, que es cine. Puro cine.

Bravo por semejante valentía.

29 de enero de 2009

La prueba de los Héroes

Hoy he descubierto una forma rápida y fiable de comprobar mi grado de tristeza. O bueno, hoy ha pasado su certificado de calidad.

Yo era fan de los Héroes del Silencio, me alivia admitirlo al fin en este blog donde -entre otras cosas- acostumbro a difundir músicas tan obviamente en las antípodas del pop-rock comercial que representaban HDS. Los seguí con fervor desde que los escuché por primera vez en mi Zaragoza natal a los 14 años hasta la época de su ruptura allá por 1996. Luego ya los escuché cada vez menos, y finalmente nada.

A pesar del tiempo transcurrido y de mi deserción como fan, el anuncio de su gira de retorno en 2007 me removió. Pero pasó que, aunque hubiera querido (algo de lo que ya no pude estar seguro), sabía que no iba a poder verles en directo. Mi billete a Ecuador era previo a sus únicos conciertos en España, y tuve que limitarme a ver, con ánimo entre curioso y nostálgico, los vídeos que se filtraban en la web, el DVD para hacer caja en Navidad que mi madre me regaló y envío a Quito, y otro DVD que se vendió un domingo con EL PAÍS cuando ya estaba de vuelta en España. Este es el que me ha hecho llorar hoy.

Me daba vergüenza, fue empezar a verlo y suspender la prueba a la que ¿in?conscientemente me sometía. A cada lágrima que escapaba a mi control me decía: "eres tonto". Y cuando creía que ya iba a calmarme, sonaba otra canción o Bunbury invitaba a cantar con el microfono extendido a las 80000 gargantas que enrojecieron aquella noche de fin de gira en Valencia y, silenciosas, resbalaban nuevamente otra, y otra, y otra. Solo he dejado de llorar al poco de darme por vencido. Suele ocurrir con cosas así, ya lo dijo Wilde (y que mis lectores me disculpen la pedantería de citarle): "la mejor forma de vencer una tentación es caer en ella".

Esta canción siempre fue mi favorita. Obviamente, me sigue emocionando. Como un adolescente, como hace veinte años.

Esta fue mi confesión de hoy.

28 de enero de 2009

Loop

Completamente igual. Pueden decir lo que quieran... Hay que ser justos. Nuestra situación es inexplicable para la gente... Para la gente... Para la gente, o se ama o se detesta. Las rupturas son rupturas. No se paran a mirar. Nunca les harás comprender... Nunca... Nunca les harás comprender ciertas cosas... Lo mejor es hacer como yo y pasar... Completamente (SUELTA UN GRITO DE DOLOR SORDO)...

Jean Cocteau
La Voix Humaine, 1932 (De mi traducción para su puesta en escena en septiembre 2007)

27 de enero de 2009

Todavía, el invierno


WINTER HUNTER

Tell the winter hunter
I knew, i knew
Nothing of you then
And when the snow had melted
I was, i was beneath you

Still, there is no place
Still, there is no place

Where was i
Where was i . . . Was i?

Tell the winter hunter
I knew. I knew
Of a heart gone still
We crossed the tracks that carry
And i was, i was beneath you

But still, there is no place
Still, there is no place

CAZADOR DE INVIERNO

DIle al cazador de invierno
Que no sabía, no sabía
Nada de ti entonces
Y cuando la nieve se hubo derretido
Estaba debajo de ti

Todavía, no hay sitio
Todavía, no hay sitio

¿Dónde estaba?
¿Donde estaba yo...?

Dile al cazador de invierno
Que sabía, sabía
De un corazón todavía ausente
Cruzamos las vías que llevan
Y yo estaba debajo de ti

Pero todavía, no hay sitio
Todavía, no hay sitio

Jesse Sykes & The Sweet Hereafter
Oh, my girl (Barsuk, 2004)

26 de enero de 2009

Mañana del veintiséis de enero

La calma, la complicidad de ayer, han caducado. Caducan muy rápido en estos días las buenas sensaciones. Pero fue lindo verte en esta pantalla, mirarte con amor y solo amor. Fue lindo escucharte, reír contigo, asentir. Y bueno, ahora me daría un poquito de vergüenza leer mi lista. O quién sabe, tal vez la aprobaría palabra por palabra. Qué importa, ya fue.

Lo que quería decir (aparte de que me faltas, pero ahí ya me estoy repitiendo) es que hoy soy más lúcido de este desgarro. Qué pena que la lucidez, por dolorosa que sea, no sea suficiente. Asumo la perspectiva, lo nuevo que veo de ti tras "dormir" tu lista y despertar a este veintiséis de enero. Pero aún quiero ver más, mucho más, todo lo que haga falta para (re)descubrirte.

Amo su libertad, dijo el poeta...

Miro una escena, con fijeza: tú y yo abrazados de nuevo en un aeropuerto.

24 de enero de 2009

Banda sonora del abatimiento


L'ANNÉE DES MERVEILLES

Laying on the phone on the desk among the papers
I thought how few we know what we have in the heart
And the midnight comes
And I still hold on
Trying not to fall asleep

Oh, well you know we match the people who love themselves
Cause without love we would always
Be alone

And I find myself so deep-minding...

In every single word
And every single smile
I feel there's nothing fair, but love is a cold war

There is a past that doesn't pass

EL AÑO DE LAS MARAVILLAS

Tumbado sobre el teléfono en el escritorio entre los papeles
Pensé qué poco conocemos lo que tenemos en el corazón
Y llega la medianoche
Y todavía aguanto
Intentando no quedarme dormido

Oh, bien sabes que somos como los que se aman a sí mismos
Porque sin amor siempre
Estaríamos solos

Y me encuentro pensando tan profundamente...

En cada palabra
Y en cada sonrisa
Siento que no hay nada justo, pero el amor es una guerra fría

Hay un pasado que nunca pasa

(Cancion original de salambo31)

22 de enero de 2009

El triunfo del vacío

Tras leer el penúltimo poemario escrito por Leopoldo Alas, hay dos poemas que me han parecido de belleza y profundidad extremas y que son los que voy a publicar aquí, dos poemas que no por casualidad van seguidos en el libro. Uno es la esperanza del otro, ambos explican -entiendo- el amor que el poeta podía ofrecer y, en un azar que ni él mismo esperaba ya, compartir. Son poemas de la experiencia, la que al filo de los cuarenta había alcanzado. Solo una cosa, Leopoldo: la ausencia duele, y mucho, aunque tú digas que no :-)

Leopoldo Alas en 1985

AMO SU LIBERTAD

Y dejo abierto por si viene.
No habrá estremecimiento
si al llegar y deslizarse junto a mí
ya estoy dormido.

Nunca será dolorosa su ausencia.
Es un regalo haberlo conocido.

Dejo una luz encendida
que el sol apagará si me despierto solo.
Si amanezco a su lado,
le dejaré dormir
y tomaré las riendas de mi vida.

EL REENCUENTRO

Después de algunas crisis olvidadas,
efectos colaterales
de una vanidad mal digerida
que nos puso frente a frente
como espejos
-inocentes de nosotros-,
volvemos a encontrarnos
con el alma semejante
y no más gastada: diferente,
de haber pasado ya por esta tierra
bregando con el tiempo.

Qué oscuros recovecos
conducen al punto de partida.
Si no hubo error
y era imposible regresar
sobre las propias huellas,
¿por qué nos apartamos?
Y si erramos,
¿cómo estamos aquí?
¿No será todo una estrategia
para salvarnos juntos?

LEOPOLDO ALAS (1962 - 2008)
El triunfo del vacío (Dilema, Madrid 2004)


21 de enero de 2009

Amor

Desde que nacemos, durante un tiempo mágico, somos el mundo. En esos meses no podemos distinguir nuestro ser del resto de las cosas, de ahí el ensimismamiento. Vemos una pared azul y somos azules. Vemos una nube y somos la nube en el cielo. Vemos una sonrisa y somos alegría. Pero eso desaparece, esa espléndida locura da paso al desdoblamiento, el yo y el mundo, y ahí es donde comienza este camino de pérdida y dolor.

Pasan los años, llega la adolescencia, esa revolución hormonal, pensar -pero qué ingenuidad- que nunca volveremos a disfrutar o sufrir así. Y desde entonces, tarde o temprano, buscamos el amor. Porque, ¿qué es el amor? El amor es el único medio que tenemos para recuperar el ensimismamiento. En el amor soy tú, padezco por ti, encuentro un mundo de los dos donde se funden -y se confunden- mi identidad y la tuya. Huyo contigo de la pérdida y el dolor, follo contigo en ese espacio psíquico y físico que protegemos hasta el final, vuelvo a ser algo que me excede y que, milagrosamente, es real porque eres tú. Y si sonríes, sonrío. Si miras una nube, soy esa nube. Si te apoyas sobre una pared azul, soy azul y soy una supercicie y soy el tacto que recorre tu piel. Y por eso, si te pierdo, si me quedo solo frente al mundo, si ya no soy lo mismo en sí que tú, me quiero morir.

19 de enero de 2009

Y otro...

Y otro poema de Leopoldo, de entre los muchos de "Concierto del desorden" que desearía compartir con todo aquel que tenga oídos para escuchar. Este se lo dedico a todos esos chicos y chicas invisibles, y en especial a Javier, de Cuenca (Ecuador), que no lee esto pero que por aquello del aleteo de la mariposa tal vez le alcance. Ojalá...

TRISTEZAS DEL HOMBRE INVISIBLE

Es inútil que en el sueño se cubra
los ojos con el brazo, si el brazo es invisible.
Los coches en la calle le pasan por encima.
Es más que un sueño. Es una pesadilla.
Cuando despierta, nada es invisible.
El reino del terror no es ese sueño.
Es la vida que lleva cuando abre los ojos.
Es no dejarse ver sin ocultarse.
Que le saluden, le hablen, le conozcan.
Pero que no le vean. Que no sepan quién es
por mucho que repitan su nombre y su apellido.
Aunque en pequeños círculos lo diga,
desde luego con amigos que entienden
o con sobrentendidos cuando solo comprenden,
lo suyo es personal y a nadie le interesa.
"A nadie, ¿lo has oído?", se increpa ante el espejo.
Intenta no mirar el hueco transparente
que tiene en la barbilla, debajo de la oreja.
Por fin lo tapa, con tirita.
Tiene más repartidas por el cuerpo
para cubrir los huecos que le salen
mientras está durmiendo. Huecos como mirillas
que dejan ver lo que hay al otro lado.
Debe taparlos todos, sin descanso,
para evitar que tantos ojos puedan
mirar en su interior y descubrir
que dentro solo hay miedo, y nada más que miedo.

LEOPOLDO ALAS (1962 - 2008)
Concierto del desorden (Calambur, Madrid 2007)

18 de enero de 2009

Uno más de Leopoldo, y no será el último

"Concierto del desorden" se está revelando como la voz que proclama lo que siento en lo más profundo. Ya aviso con el título de esta entrada: este no será el último poema suyo que publique. Aquí va otro de sus golpes, para quien le alcance...

PERO MEJOR DE LEJOS

Admirable es la entrega y el amor de los padres
y muy conmovedora la devoción filial.
Pero descuida, Carlos,
que yo no haré la loa
de semejante engendro. Pues sabemos,
aunque esto nos margine,
que nacen de ese abismo
los males que en la vida nos acechan.
Si en sí misma la especie resulta despreciable,
la prestigiada institución la vuelve
inagotable fuente de traumas y desdichas.
No seremos felices ni tal vez desgraciados
por este extrañamiento sin retorno.
Pero el espanto es cierto.
Y viendo el vasallaje al que ellos nos someten
con vínculos de sangre, en un necio ritual
de aprensiones y débitos que no nos es ajeno,
tratamos de escapar para quedarnos solos.
Ni sin el padre el hijo ni por el hijo el padre,
ni el amor de la madre es tan virtuoso,
ni la hermandad segura. Si todo es una cárcel
de ruindades y afectos y una red de complejos.
Es la espesura, el peso que lastra nuestro vuelo,
la trama turbadora que tejen nuestros miedos,
un núcleo indestructible de amores y duelos
acaso inevitable. Pero mejor de lejos.

LEOPOLDO ALAS (1962 - 2008)
Concierto del desorden (Calambur, Madrid 2007)

17 de enero de 2009

Que su sueño se haya cumplido...

A ti, mi niño bueno, por quien conocí al poeta:

SOLARIS

Tenderá su mano el niño
y no importará si estoy vivo o muerto.
La felicidad será mi geografía
y no tendrá limites.
Tomaré su mano
y ya no habrá memoria del dolor.
Ni la vieja costumbre de ver pasar las horas
y apagarse la vida.
Me tumbaré en la hierba de un jardín infinito
y contaré las almas que habitan las estrellas
hasta quedar dormido.
Y soñaré que vienes a buscarme,
me tiendes la mano y eres un niño.

LEOPOLDO ALAS (1962 - 2008)
Concierto del desorden (Calambur, Madrid 2007)

16 de enero de 2009

En esta orilla



BY THIS RIVER

Here we are
Stuck by this river
You and I
Underneath a sky that's ever falling down, down, down
Ever falling down.

Through the day
As if on an ocean
Waiting here
Always failing to remember why we came, came, came
I wonder why we came.

You talk to me
As if from a distance
And I reply
With impressions chosen from another time, time, time
From another time.

EN ESTA ORILLA

Aquí estamos
Varados en esta orilla
Tú y yo
Bajo un cielo que siempre se desploma
Siempre se desploma

A través del día
Como en un océano
Esperando aquí
Siempre olvidando por qué vinimos
Me pregunto por qué vinimos.

Me hablas
Como desde la distancia
Y yo te respondo
Con impresiones escogidas de otro tiempo
De otro tiempo.

13 de enero de 2009

Siempre...

12 de enero de 2009

Sufjan


CASIMIR PULASKI DAY (*)

Golden rod and the 4-H stone
The things I brought you
When I found out you had cancer of the bone

Your father cried on the telephone
And he drove his car to the Navy yard
Just to prove that he was sorry

In the morning through the window shade
When the light pressed up against your shoulder blade
I could see what you were reading

Oh the glory that the lord has made
And the complications you could do without
When I kissed you on the mouth

Tuesday night at the bible study
We lift our hands and pray over your body
But nothing ever happens

I remember at Michael's house
In the living room when you kissed my neck
And I almost touched your blouse

In the morning at the top of the stairs
When your father found out what we did that night
And you told me you were scared

Oh the glory when you ran outside
With your shirt tucked in and your shoes untied
And you told me not to follow you

Sunday night when I cleaned the house
I find the card where you wrote it out
With the pictures of your mother

On the floor at the great divide
With my shirt tucked in and my shoes untied
I am crying in the bathroom

In the morning when you finally go
And the nurse runs in with her head hung low
And the cardinal hits the window

In the morning in the winter shade
On the first of March on the holiday
I thought I saw you breathing

Oh the glory that the lord has made
And the complications when I see his face
In the morning in the window

Oh the glory when he took our place
But he took my shoulders and he shook my face
And he takes and he takes and he takes

EL DÍA DE CASIMIR PULASKI

Una flor cortada y una piedrecita
Cosas que te llevé
Cuando supe que tenías cáncer de huesos

Tu padre lloraba al teléfono
Y condujo su coche hasta el astillero
Solo para demostrar que lo sentía

Por la mañana, a través de la sombra de la ventana
Cuando la luz descargaba contra el filo de tu hombro
Pude ver lo que andabas leyendo

Oh, la gloria que ha obrado el Señor
Y las complicaciones que te atenazaron
Cuando te besé en la boca

El martes por la noche, en las clases de biblia
Levantamos las manos y oramos sobre tu cuerpo
Pero nunca ocurre nada

Recuerdo en la casa de Michael
Cuando besaste mi cuello en el salón
Y yo casi toqué tu blusa

Por la mañana, en lo alto de las estrellas
Cuando tu padre se enteró de lo que hicimos esa noche
Y me dijiste que tenías miedo

Oh, la gloria cuando corriste afuera
Sin camisa y sin zapatos
Y me dijiste que no te siguiera

El domingo por la noche, cuando limpié la casa
Encontré la tarjeta donde lo escribiste
Con las fotos de tu madre

Sobre el suelo, en el borde del abismo
Sin camisa y sin zapatos
Estoy llorando en el baño

La mañana en que nos dejas
Y la enfermera entra con su cabeza cabizbaja
Y el cardenal golpea en la ventana

Por la mañana, en la sombra del invierno
El primero de marzo en la fiesta
Pensé que te veía respirar

Oh, la gloria que ha obrado el Señor
Y las complicaciones cuando veo su rostro
Por la mañana en la ventana

Oh, la gloria cuando él tomó nuestro lugar
Pero me tomó de los hombros y sacudió mi cara
Y él se lleva y se lleva y se lleva

(*) El día de Casimir Pulaski se celebra en Illinois el primer lunes de marzo, más información en Wikipedia.

11 de enero de 2009

Una vez más


A veces no me apetece ser original, sino auténtico. Mi devoción por este chaval es confesa, y el último vídeo que ha subido a su página de Youtube me tiene loco desde que lo he visto y descargado hace menos de una hora. Él canta como nunca, y la canción ("And I Won't Cause Anything At All", del álbum "Loney, Noir" de Loney, Dear) es una belleza absoluta en su voz y en sus manos, una deconstrucción extremadamente íntima, delicada, de la original mucho más juguetona y pop. Para eso está un blog, para compartir obsesiones...

Buenas noches desde Madrid a 0ºC.

10 de enero de 2009

El invierno

Es una señal estupenda no saber qué canción escoger de un álbum que te tiene aferrado a su escucha. Al final me he decidido por "The Winter" por si a alguien pudiera servirle de refugio para este frío, tal vez esa fiebre, ese desánimo. El disco al que pertenece es "River Arms" de Balmorhea: un lujo. Me voy recuperando de todo un poco, muy lentamente, tal vez gracias a músicas como esta y al cariño de algún que otro amigo (gracias, Alex) que pregunta por mí ahora que, otra vez, he vuelto.

9 de enero de 2009

Paseo bajo la nieve

Aún con fiebre, por una excusa cualquiera, esta mañana salí a pasear bajo la nieve. A dos grados bajo cero, se sedimentaba sobre los objetos de la urbe (capós, toldos, paraguas de temerosos) y cuajaba. Aprendí a pisar la nieve en Ohio. Allá se caminaba durante varias semanas sobre una capa de veinte, treinta centímetros de nieve que se renovaba casi a diario. Hoy recordé que sé pisar la nieve sin resbalar, sin miedo a caerme, pero a quién podía contarle que eso lo aprendí en Ohio, hace cerca de diez años, en otra vida.

Se tomaban muchas fotos de la capital, yo mismo lo intenté pero a mi móvil apenas le quedaba batería. Así que me obligué a mirar más, a mirar mejor. En mi paseo, una vez la excusa primera pasó a la lista de tareas realizadas, me encontré recorriendo las calles de Chueca. Entre otras cosas, encargué el último libro de poemas de Leopoldo Alas, ese ser tan hermoso que se dejó la vida en lo más profundo de la vida (gracias, León, por descubrirme a la persona). La nieve ya no cuajaba, el encanto se empezaba a romper, y me dio por caminar hasta lo que era El Canto de la Cabra. Y pasó un pequeño milagro: la verja estaba entreabierta. Llamé a la puerta, primero con timidez y, al cabo de medio minuto, con más aplomo. Me abrió un rostro conocido, una chica que en ocasiones estaba en la taquilla. Tras las palabras de rigor ("Perdona, pero quería saber qué pasaba con el teatro", "Ah, no te preocupes", "Es que vi que estaba abierto y...", etc.) entré a lo que era mi teatro favorito de la capital y estuve hablando unos minutos con ella. De la conversación, me quedo con que al final ha sido el dinero, o la falta del mismo, la causa del cierre definitivo de la sala. De lo que vi, me quedo con la desolación de un vestíbulo con ordenadores y mesas, el espacio donde estaban las butacas atiborrado de cachivaches salidos de no se sabe dónde, y un escenario que ya no lo parece pero que aún conserva la dignidad que confiere el vacío, tal vez donde habita el recuerdo de tantos sueños que no se volverán a hacer realidad en ese teatro y quién sabe si en Madrid. Juan y Elisa seguirán ensayando allí (supongo que harán salir toda esa morralla que entorpece el paso), y seguirán haciendo teatro, aunque hayan renunciado a su sala, una sala que era, de verdad, también de nosotros su público.

Y eso fue un paréntesis, aunque hoy, y en el fondo desde hace un tiempo ya, todo es una sucesión de paréntesis. Y bueno, seguí mi paseo con las paradas de "siempre" (paradas de soledad, rituales que adquieren sentido justemente por repetición) y decidí volver a casa por un camino que hace años no me llevaba a ningún lugar, pues lo descubrí cuando vivia un poco más allá de Atocha, y que ahora me lleva a casa. Y en este instante, algunas horas después de ese paseo, ando escribiendo esto y bajando más y más discos como un poseso. Salambo31 (Mattieu, el muchacho frágil de los vídeos en la barra lateral), en un guiño absolutamente inteligente y sensible, me ha hecho tirar de un hilo -apenas un trozo de letra- y parte de esos discos que ando descargando son de Marissa Nadler. Concretamente, ese trozo de letra en castellano ha resultado ser de un poema de Pablo Neruda y pertenece a esta deliciosa canción...


Cosas así me pasan estos días.

8 de enero de 2009

James Yorkston (When The Haar Rolls In, 2008)


Tan solo un pedazo de esta hermosa letra -para una aún más hermosa música- que no he podido encontrar al completo:

"I can't stand to see you as drunk as you are,
Slurring your words and staggering,
It's all too much for me to take.
So I will just find refuge in a well-harvested harbour bar,
I'll be slurring my words and staggering,
Where's the harm in that?"

"No puedo soportar verte así de borracho,
Arrastrando tus palabras y tartamudeando,
Es demasiado para mí.
Así que buscaré refugio en un bar de puerto bien repleto,
Arrastraré mis palabras y tartamudearé,
¿Qué hay de malo en eso?"

7 de enero de 2009

Miniaturas de una soledad

Me ocurre, en todos los tiempos de mi soledad, mirar bien adentro del buzón con algo tristemente parecido a la esperanza. Esperar, siempre esperar. Salir y entrar del Messsenger con un estado distinto cada vez (Ausente, No disponible, Vuelvo enseguida...), esperándote. Llenar mi biblioteca multimedia de más y mejor música, más y mejores películas, para esta mayor y perfecta soledad. Miniaturas de sentimientos que podrían ser tanto, tanto... Repetir tu nombre tirando en el sofá, repetirlo como si fuera un hechizo que pudiera invocarte, traerte a mi lado. Querer llorar, y ni siquiera. Hablar solo, avergonzado de descubrir por qué las personas hablan solas. Transitar los límites, mis tímidas fronteras del miedo, el fracaso, la ilusión de un suicidio que no cometeré. El recuerdo: Monasteri de Sant Pere, la campiña francesa, el cariño en tierras noruegas... Y también, por qué no, el Pim's del Panecillo, el Villas Cumbayá atravesado a la madrugada, la 10 de Agosto cuando la noche convierte a Quito en otra ciudad. Deseo, deseo casi siempre errado, casi siempre insatisfecho. Esta pantalla, Mattieu y sus versiones, el UTorrent que anuncia una nueva descarga completada. Una paja, un nuevo correo de mi editora, un sándwich de jamón serrano. Ideas para una novela que no llega, que pospongo, que he iniciado siete veces para siete veces cerrar el documento de Word (mucho más agradable en su versión 2007, preciosa, dónde va a parar...). Pero creo que la tengo, casi puedo verme tecleando su página 112 y hablando de personajes que sean múltiplos de mí, y soñar que ese mínimo común múltiplo es mi segunda novela, la que me proyectará en los otros. Miniaturas, representaciones chiquitas de algo enorme que me atraviesa una vez más. La felicidad quedó olvidada en otra curva del camino, otra puta curva en este accidentado divagar. Oye, bobo..., que todo esto es para decirte te quiero, así que no te ofusques ni me tengas rabia. Me harás el favor, ¿sí? Porque a veces te pasa y eso daña el amor, el recuerdo, la posibilidad de un isla. Aunque el amor, el recuerdo, y la posiblidad de una isla, sean a la vez viento y cadenas, placer y dolor, esperanza y soledad.

Ya no es tu cumpleaños


¿Podría haber una canción más adecuada para mi post de ayer? Es de Morrissey, de su nuevo album "Years of Refusal" que ya está disponible en las más conocidas páginas de descarga de la red. Está forrado de dólares, así que aquellos con una cuenta corriente con algunos ceros menos que la de Morrissey no temáis perjudicar a un artista que, de todos modos, es capaz todavía de escribir canciones como esta...

IT'S NOT YOUR BIRTHDAY ANYMORE

Your voice it might say 'no'
but the heart has a will of its own
your voice it might say 'no'
but the heart has a heart of its own

It's not your birthday anymore
there's no need to be kind to you
and the will to see you smile and belong has now gone
It's not your birthday anymore
did you really think we meant
all those syrupy, sentimental things
that we said?


It cannot be given
and so it must be taken
it cannot be given
and so it must be taken
All the gifts that they gave can't compare in any way to the love I am now giving to you right here right now on the floor
all the gifts that they gave can't compare in any way to the love I am now giving to you right here right now on the floor

It's not your birthday anymore
there's no need to be kind to you
and the will to see you smile and belong has now gone
It's not your birthday anymore
did you really think we meant
all those syrupy, sentimental
things that we said yesterday? 


YA NO ES TU CUMPLEAÑOS

Tu voz puede que diga 'no'
pero tiene un deseo tu corazón
tu voz puede que diga 'no'
pero tiene un deseo tu corazón

Ya no es tu cumpleaños
no hace falta ser amable contigo
y el deseo de verte sonreír y pertenecer ya se fue
Ya no es tu cumpleaños
¿de verdad creías que eran ciertas
todas esas cosas dulzonas, sentimentaloides
que dijimos?


No puede darse
así que debe tomarse
no puede darse
así que debe tomarse
Todos los regalos que te dieron no pueden compararse con el amor que te estoy dando aquí mismo, ahora mismo en el suelo
todos los regalos que te dieron no pueden compararse con el amor que te estoy dando aquí mismo, ahora mismo en el suelo

Ya no es tu cumpleaños
no hace falta ser amable contigo
y el deseo de verte sonreír y pertenecer ya se fue
Ya no es tu cumpleaños
¿de verdad creías que eran ciertas
todas esas cosas dulzonas, sentimentaloides
que dijimos?

6 de enero de 2009

Treinta y cuatro

Será, entonces, que cumplir años era esto. Emociones que penetran allá donde en la adolescencia nos pellizcaban la piel y creíamos que por eso nos dolían más. Qué inocencia, qué hermosa estupidez. Sexo más triste, de ese que te deja más solo, más escéptico. Aplicarse más cremas, más caras, y en más lugares del cuerpo que envejece sin remisión. Dudar de la experiencia, de la sabiduría que debería traer la edad; dudar de todo. Será que cumplir años es desaprender el mundo, asombrarse mucho más y mucho menos, qué difícil explicar... Será que se ama más y por eso se ama con miedo, se anhela más y por eso la decepción es continua, será que quiero comerme la vida que corre y corre y corre... Mirar a los padres y verse más cerca de ellos, como si el tiempo estrechara la franja generacional que a los quince parecía infranqueable. No les he pedido nada a los Reyes, será que antes de soplar esas dos velas el viernes pasado, una con forma de "3" y la otra con forma de "4", ya pedí un deseo. Es secreto, dicen que para que se cumpla ha de permanecer en nuestra mente. Quién nos lo concede, no sabemos, pero confiamos en ese pequeño rito como confiamos en que mañana respiraremos a un nuevo día. Será, entonces, que cumplir años era esto y todo lo que permanece en nuestra mente y no decimos, no vaya a ser que se cumpla.