6 de enero de 2009

Treinta y cuatro

Será, entonces, que cumplir años era esto. Emociones que penetran allá donde en la adolescencia nos pellizcaban la piel y creíamos que por eso nos dolían más. Qué inocencia, qué hermosa estupidez. Sexo más triste, de ese que te deja más solo, más escéptico. Aplicarse más cremas, más caras, y en más lugares del cuerpo que envejece sin remisión. Dudar de la experiencia, de la sabiduría que debería traer la edad; dudar de todo. Será que cumplir años es desaprender el mundo, asombrarse mucho más y mucho menos, qué difícil explicar... Será que se ama más y por eso se ama con miedo, se anhela más y por eso la decepción es continua, será que quiero comerme la vida que corre y corre y corre... Mirar a los padres y verse más cerca de ellos, como si el tiempo estrechara la franja generacional que a los quince parecía infranqueable. No les he pedido nada a los Reyes, será que antes de soplar esas dos velas el viernes pasado, una con forma de "3" y la otra con forma de "4", ya pedí un deseo. Es secreto, dicen que para que se cumpla ha de permanecer en nuestra mente. Quién nos lo concede, no sabemos, pero confiamos en ese pequeño rito como confiamos en que mañana respiraremos a un nuevo día. Será, entonces, que cumplir años era esto y todo lo que permanece en nuestra mente y no decimos, no vaya a ser que se cumpla.

3 comentarios:

amanda dijo...

Mi muñeco. Cuidado con estar pidiendo viajes de regreso, sólo el tuyo al Ecuador.

La parte de la vela, de tus meses acá, la de las cremas que huelen rico, espero no se las sople.

Un beso , en cada ojo verde.

Anónimo dijo...

Gracias, prima ;-)

ángel dijo...

Gracias por el vínculo al que también es tu espacio. Feliz 2009.


Saludos...