24 de julio de 2007

Fast Food Nation


Dirigida por Richard Linklater y co-escrita por él y Eric Schlosser, el autor de un best-seller del mismo nombre en el que se apoya el guión, ha llegado a las pantallas esta vibrante película que, sin ambigüedad y sin atisbo alguno de tibieza, constituye a pesar de su apariencia de ficción un ataque en toda la regla a las entrañas del negocio de la cómida rápida en todos los ámbitos donde reina su despiadada ley: sanitario, laboral, socioeconómico, político, ambiental, etc.

Con varios hilos conductores que convergen en un lugar de Colorado próximo a la frontera mejicana, el director de las inolvidables "Antes del Amanecer" y "Antes del Atardecer" denuncia la falta absoluta de escrúpulos de una empaquetadora de carne que suministra las hamburguesas a una gran cadena de cómida rápida que, si bien es ficticia, podría ser cualquiera de las conocidas. De hecho, eso es lo que Schlosser expone en su libro: la amenaza está aquí.

Linklater jamás traspasa la barrera del melodrama: para contar lo que quiere contar, algo tan sobrecogedor y real como multifacético, es necesario mostrar el riesgo para la vida que supone cruzar clandestinamente la frontera, el espejismo del dinero en mano a cambio de un trabajo peligroso y sin cobertura médica, las agresiones consumadas al medio ambiente y a la salud pública, la mentira como medio de enriquecimiento y sumisión... Para ello, seguimos a unos personajes que como siempre en Linklater enseguida muestran su piel, su verdad sea la que sea, su corporeidad en el drama que nos ocupa: estudiantes crecientemente concienciados contra los abusos empresariales, ejecutivos que deben desterrar cualquier semilla de mala conciencia que nazca en su interior para preservar su estatus y la prevalencia del capital, inmigrantes ilegales que muy pronto ven malbaratados sus sueños o directamente cercenados sus cuerpos sin que nadie pueda ser declarado culpable, trabajadores en general alienados por las grandes empresas y corporaciones cuya visión desde las alturas no dista nada de la que se tendría de esclavos. Y es que si algo demuestra esta película es que legal no equivale a justo, ya lo dice uno de los estudiantes respeto a la Ley Patriótica aprobada por la administración Bush a raíz del 11-S: "No puedo pensar en este momento nada más patriótico que violar la Ley Patriótica".

Me quedo con la escena en la que los estudiantes activistas practican una apertura en la cerca para que las vacas destinadas a convertirse en hamburguesa -sujetas a un hacinamiento atroz y a una alimentación cuyo solo propósito es engordarlas artificialmente- puedan escapar. El desenlace de la misma es toda una metáfora de la sociedad capitalista, de cómo cerramos los ojos y acatamos la vida y el destino que nos impone la maquinaria y que llaman libertad. Yo lo llamo dictadura del capital.

"Fast Food Nation", para paladares inconformes.

22 de julio de 2007

Eurythmics: Don't ask me why

No tengo una historia especial para esta canción. A pesar de su antigüedad me la encontré hace unos meses cuando buscaba título para mi primera novela, y aunque al final no elegí "No me preguntes por qué" (ahora me digo, medio en broma medio en serio, que quizá habría hecho mejor en optar por él) he podido añadir una más a mi coleccion personal de canciones favoritas. La voz de Annie y el hipnotismo de la música me embriagan cada vez que la escucho.

DON'T ASK ME WHY

Miracle of miracles
Look what the night dragged in
It's a pocket full of misery
And trouble on the wind
You spoiled the best years
Of your life
You took them all in vain
Now you think that you're forgiven
But you can't be born again

And you say
Why?
You say why?
You say why?
Don't ask me why


I don't love you anymore
I don't think I ever did
And if you ever had
Any kind of love for me
You kept it all so well hid...

Promises sweet promises
You kept them from your mind
Like all the lost forgotten things
You never seemed to find
Like all the disappointments
You displayed upon your shelf
Now you've got no-one to turn to
You've got no-one but yourself

And you say
Why?
You say why?
You say why?
Don't ask me why


I don't love you anymore
I don't think I ever did
And if you ever had
Any kind of love for me
You kept it all so well hid...

NO ME PREGUNTES POR QUÉ

Milagro de milagros
Mira lo que trajo la noche
Es un bolsillo lleno de miseria
Y peligro en el viento
Malgastaste los mejores años
De tu vida
Los usaste en vano
Ahora crees que estás perdonado
Pero no puedes nacer de nuevo

Y dices
¿Por qué?
Dices ¿por qué?
Dices ¿por qué?
No me preguntés por qué


Ya no te amo
Creo que nunca lo hice
Y si alguna vez tuviste
Algun tipo de amor por mí
Lo ocultaste tan bien...

Promesas dulces promesas
Las prohibiste en tu mente
Como todas las cosas olvidadas
Que nunca pareciste encontrar
Como todas las decepciones
Que mostrabas en tu estantería
Ahora no tienes nadie a quien acudir
No tienes a nadie salvo a ti mismo

Y dices
¿Por qué?
Dices ¿por qué?
Dices ¿por qué?
No me preguntés por qué


Ya no te amo
Creo que nunca lo hice
Y si alguna vez tuviste
Algun tipo de amor por mí
Lo ocultaste tan bien...

9 de julio de 2007

The Magnetic Fields: Come Back From San Francisco

Yo vivía en Estados Unidos cuando escuché esta canción por primera vez, y el disco al que pertencece (69 Love Songs, enteramente escrito por ese trovador gay emborrachado de sensibilidad y talento llamado Stephen Merrit) fue mi banda sonora de aquel invierno antes de que a finales de marzo viajara a esa ciudad por primera vez.

El esplendor victoriano, la nostalgia rockera de los 70s, los parques, los tranvías, las colinas, el océano... Downtown, Japantown, Chinatown, Fisherman's Wharf, Russian Hill, Pacific Heights, La Misión, El Castro... Nunca enumerar fue tan inútil: todo en San Francisco atonta los sentidos, cada pieza del delirante rompecabezas te invita a amarla incondicionalmente.

Claro que él tardará todavía un tiempo en volver de San Francisco. No le importará demasiado que su novela se demore por culpa de esa ciudad y de sus pretty boys luciendo su juventud en las discotecas. Le imagino despertando a media mañana, sintiendo el calor de un brazo en el costado, abriendo los ojos a la ciudad que se extiende como un sueño tras la ventana, preguntándose si ese amor de una noche durará algo más.

Quizás no ignore que, para que ciertos amores duren, deben quedarse en eso: un deseo no perseguido.

COME BACK FROM SAN FRANCISCO

Come back from San Francisco.
It can't be all that pretty,
when all of New York City misses you.
Should pretty boys in discos distract you from your novel,
remember I'm awful in love with you.

You need me like the wind needs the trees to blow in.
Like the moon needs poetry, you need me.


Come back from San Francisco and kiss me; I've quit smoking.
I miss doing the wild thing with you.
Will you stay? I don't think so,
but all I do is worry, pack bags, call cabs, and hurry home to me.

You need me like the wind needs the trees to blow in.
Like the moon needs poetry, you need me.


When you betray me, betray me with a kiss.
Damn you. I've never stayed up as late as this.

VUELVE DE SAN FRANCISCO

Vuelve de San Francisco.
No puede ser tan bello,
cuando toda Nueva York te echa de menos.
Si los chicos guapos de las discotecas te distraen de tu novela,
recuerda que te amo con locura.

Me necesitas como el viento necesita a los árboles para soplar entre ellos.
Como la luna necesita poesía, tú me necesitas.


Vuelve de San Francisco y bésame; he dejado de fumar.
Echo de menos hacerlo contigo.
¿Te quedarás? No lo creo
pero todo lo que hago es preocuparme, llena bolsos, llama a taxis, y corre a casa conmigo.

Me necesitas como el viento necesita a los árboles para soplar entre ellos.
Como la luna necesita poesía, tú me necesitas.


Cuando me traiciones, traicióname con un beso.
Maldito seas. Nunca he trasnochado tanto.

7 de julio de 2007

The Cure: Trust

Iba al instituto, no sabía nada de mí mismo ni de la vida. Todo era equívoco, un camino marcado por la represión que sólo la música -y también, aunque menos que hoy en día, el cine y la literatura- lograba intimidar, debilitar.

En mi clase de COU éramos tres los que amábamos este disco, este grupo, pero yo fui el único que no viajó hasta San Sebastián aquella primavera del 93 para verles en concierto. Tardaría aún unos años en volar libre, y es que por aquel entonces ni siquiera era consciente de qué libertad necesitaba yo para poder llamarme persona.

Ahora sé que cada canción que sonaba a oscuras en mi cuarto era un tirón decisivo para soltarme de mis amarras. Esta fue una de las que más obsesivamente escuché, quince años después mantiene intacta su intensidad.

TRUST

There’s no-one left in the world
That I can hold onto
There is really no-one left at all
There is only you
And if you leave me now
You leave all that we were
Undone
There is really no-one left
You are the only one
And still the hardest part for you
To put your trust in me
I love you more than I can say
Why won’t you just believe?

CONFIANZA

No queda nadie en el mundo
Que pueda abrazar
Realmente ya no queda nadie
Solo estás tú
Y si me dejas ahora
Dejas todo lo que fuimos
Deshecho
Realmente no queda nadie
Tú eres la única
Y aún lo más duro para ti
Poner tu confianza en mí
Te amo más de lo que pueda decir
¿Por que no creerás y ya está?

2 de julio de 2007

A ras de suelo

La colchoneta infesta, el calor pegado a la camisas sucias, las pieles sucias, la botella de licor en el regazo del hombre abrazado, entumecido, fuera de juego, y el hombre que le abraza besando su cuello sin importarle el hedor, la mugre, a tomar por culo el mundo, a tomar por culo todos, a quién le importa si te abrazo, quién se acuerda de la primera vez, tu temblor, mi pecho a reventar, o quizá ésta es la primera vez, yo qué sé si hasta mi voz me es extraña, yo qué sé si fue cierto o era que lo deseaba tanto, si todo lo que acertaba a desear era besarte, abrazarte, pero nunca así, joder, nunca con esos de ahí que ni siquiera nos miran y es mejor porque podrían matarnos de una paliza, yo te quiero de otra forma aunque esta nada de tarde, esta nada de alegría, sea todo lo que tenemos, y mientras sople el viento caliente y leve te amaré, y ojalá alguien escuchará este grito, alguien entenderá y seguirá su camino porque quedarse, perturbar este momento, sería un crimen mayor que ni siquiera mirarles, y yo me pregunto qué ha hecho el Hombre para merecer tanto abandono.