23 de abril de 2010

Tú en mis brazos

El tiempo en mis manos, tú en mis brazos;
nada salvo el amor a la vista.


"Time on my hands (you in my arms)" (Billie Holiday)

17 de abril de 2010

Fantasía

Pieza para el programa de radio de Mayka Jiménez Universidad.es.

1 de abril de 2010

Cinco años

Cinco años ya. Había conocido unos días antes a León, cuyo blog de aquel entonces ya tenía un cierto recorrido y me fascinó como forma de expresión. Luego vino querernos mucho, una vida en común, saltar el océano, el declive, volver yo aquí, los últimos coletazos de un animal herido sin remedio, y el final en torno a la primavera pasada desencadenado por otra historia breve pero de una belleza improbable, singular, extraña, que me lanzó a una nueva etapa: Madrid como lugar donde seguir creciendo, la afirmación íntima de que podía salir del prolongado marasmo, y ante todo un nuevo perfil profesional como meta a alcanzar. Ciertos posts del otoño e invierno pasados muestran los frutos de mi pasión por la comunicación audiovisual. Todo ello y mucho más está documentado aquí, esto no ha dejado de ser desde el comienzo un diario personal descarnado, un cajón desastre de vivencias y recuerdos, un testimonio constante de mi persona.

Hace cinco años ya que me encontré tirados en un cubo de basura, desbordándolo al punto de caer sobre la acera y ser pisoteados, varios objetos, documentos, fotos de la vida de un hombre que sus familiares habían desechado tras su muerte. Ése fue el empujón que necesitaba para inaugurar mi blog: el intento de dignificar el recuerdo de ese hombre preservándolo del más absoluto de los olvidos.


Para completar este post, he elegido una canción que no encaja nada con las que suelo compartir pero cuyo vídeo tuvo un sentido único para mí cuando tenía catorce años, incapaz de asumir todavía mi auténtica identidad. Fue mi primera fascinación en pantalla grande o pequeña (en este caso) por un chico. Recuerdo perfectamente el momento en que le pedí a mi madre que me comprara la cinta en El Corte Inglés, con aquella portada de barras de colores que yo no podía asociar con la bandera gay porque ni siquiera la conocía pero con un título —Introspective— que hice mío durante muchos años hasta que al fin, una noche de primavera de 2001, besé a John y de sus labios brotó la segunda mitad de mi vida.


No entendía la letra, pero qué más me daba. La música arropaba mi deseo por ese chico, mis ojos adolescentes clavados en cada plano de su cuerpo, su rostro. No entendía nada más, era obsesión pura. Algo así me ocurre con este blog, ha ido cambiando conmigo en estos años pero siempre con la misma obsesión por seguir presente en él.

Hacer público lo personal para que haya algo que, justamente por ser intangible, nadie pueda tirar a la basura jamás.

Antonio