27 de julio de 2010

Cuidado

A pocos metros de mí, una redactora le muestra incansablemente fotos en internet a una limpiadora. Las fotos son de su apartamento en la playa: el complejo, las vistas, etc. La limpiadora alaba con frases simples, la redactora asiente con desdén. Me siento incómodo. Ya no es solo el apartamento, son otras posesiones familiares ahora. La escena se prolonga, no hay límites para el orgullo de la redactora. Es la clase de orgullo que me repugna: orgullo por el dinero de la familia, orgullo de poder exhibirlo ante alguien inferior, orgullo —tal vez— de que cualquiera como yo pueda oírle y sentir una supuesta envidia.

Hay quien debería tener más cuidado.

6 de julio de 2010

Incompleto

Podría añadir más oraciones a este adjetivo, la mayoría subordinadas. Podría sacar pecho de mis logros recientes, podría gritar a los cuatro vientos que este verano estoy dando el primer paso de mi nueva carrera profesional. Podría mostrarme optimista con mi futuro, con mi vida entera.

Sería fácil, demasiado.