2 de julio de 2007

A ras de suelo

La colchoneta infesta, el calor pegado a la camisas sucias, las pieles sucias, la botella de licor en el regazo del hombre abrazado, entumecido, fuera de juego, y el hombre que le abraza besando su cuello sin importarle el hedor, la mugre, a tomar por culo el mundo, a tomar por culo todos, a quién le importa si te abrazo, quién se acuerda de la primera vez, tu temblor, mi pecho a reventar, o quizá ésta es la primera vez, yo qué sé si hasta mi voz me es extraña, yo qué sé si fue cierto o era que lo deseaba tanto, si todo lo que acertaba a desear era besarte, abrazarte, pero nunca así, joder, nunca con esos de ahí que ni siquiera nos miran y es mejor porque podrían matarnos de una paliza, yo te quiero de otra forma aunque esta nada de tarde, esta nada de alegría, sea todo lo que tenemos, y mientras sople el viento caliente y leve te amaré, y ojalá alguien escuchará este grito, alguien entenderá y seguirá su camino porque quedarse, perturbar este momento, sería un crimen mayor que ni siquiera mirarles, y yo me pregunto qué ha hecho el Hombre para merecer tanto abandono.

No hay comentarios: