18 de mayo de 2009

Cosas que no se pueden pedir

Cosas que nacen del deseo de compartir un pedazo de vida, la generosidad pura (You deserve it!, dijo él). Cosas que ayudan a dar un paso, otro más, en el camino. Una quiebra que hace soportable esta incredulidad de vivir, un intermedio feliz en un domingo donde me sigo reorientando como un boxeador que abre los ojos tras el directo de derecha que le lanzó de bruces contra la lona. Un concierto privado, ask a song and I'll play it for you. Él en su casa familiar a miles de kilómetros, en otro país. Yo en un locutorio recorrido por conversaciones inverosímiles, golpes de teclas, mis carcajadas por una broma entre canción y canción.

Cosas que no se pueden pedir, solo desear y confiar en que el mundo se vuelva del revés.

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