14 de diciembre de 2005

Soneto al niño que vive en mí

Ya de pequeño era pensativo,
tengo muchas fotos que lo revelan:
asustado y consciente de estar vivo,
uno de esos niños que recelan.

Sigo siendo un tipo reflexivo,
mis ojos a mi mundo siempre apelan,
y no veo nada definitivo
mi frágil pacto con los que no vuelan.

Hoy, he vuelto a ver aquellas instantáneas,
he comprendido al niño que era,
el niño de ojos tristes y bellos.

A pesar de muchas dudas momentáneas
quería mis propias alas de cera,
ser Ícaro en busca de destellos.

2 comentarios:

León Sierra dijo...

qué superior, qué grande!

Anónimo dijo...

Sensacional!