Si me hundo en tu regazo,
si me dejo aplastar por tu pecho
siempre blando,
suave y cálido,
redescubro cuánto te quiero;
no soy el hijo que querrías,
me lo has dicho,
pero
si me abrazas,
si me cuentas
el cuento que yo te diga,
si me miras
con tanto amor,
puedo pedirte
perdón,
perdón por ser yo,
poeta o desalmado,
héroe o bellaco,
hijo que en la ausencia
puede amarte
sin borrar su nombre.
2 comentarios:
Si yo fuera madre, si yo fuera madre...
¡qué tonterías digo a veces, si como hijo me derramo por los ojos!
Hoy he visto con mi madre una película, como tantas otras veces. Nos ha gustado a los dos, como suele suceder. La hemos comentado, porque siempre nos gusta hacerlo. De repente, nos hemos quedado callados. Eso también sucede bastante. Entonces, y eso sí ha sucedido por primera vez, la he mirado fíjamente, a los ojos. Y nos hemos sonreído.
Publicar un comentario