6 de junio de 2006

Octubre 2004

Miércoles, nueve de la noche, cuatro días y un desengaño, se llama –se llamaba– Gaël, y todo ha quedado en aceleración de latidos frenada por su miedo a que un capricho de unos días, extranjero y lánguido, durase algo más, y esto sucede en París, sí, qué mejor lugar para enamorarse... pero qué ignorante él, qué lejos de este amante lánguido caer en el sentimiento, yo que vengo de hundirme en el desamor, que aún no sé si toqué fondo, y tú, Pascal (con c, por tu madre catalana) cazas al vuelo mi agonía, mi arrebato que me empuja a los bares cuando el viento penetra la noche, harto de caminar por una ciudad que ya conozco de memoria, afuera el viento y la lluvia y el frío de octubre, frío de pato que dicen por aquí veté tú a saber por qué, y yo en la barra de un bar en penumbra donde casi no te veo pero te sonrío porque hoy no quiero dormir solo, Pascal, y me da igual que no seas ni tan guapo ni tan joven como Gaël, me pareces más cariñoso y eso es lo que hoy me importa y por eso flirteo contigo sin remedio, dejo que me mires así, dejo que me pagues la cerveza y hasta dejo que me tomes de la cintura, y cuando te pregunto si todavía habrá metro, tú me entiendes a la perfección y nadie tiene que decir nada porque ya me estás llevando de la cintura a tu casa, tu petit appartement que me encanta cuando entro, y es que mil orquídeas abarrotan el recibidor y un piano decora el salón, y en medio del mundo, tu mundo que hoy hago mío, me encierras en tus brazos y me besas, y sin prisa emprendemos el eterno rito que nos llevará a la verdad de la piel o su mentira seductora, el sueño que llega al alba, la vida desgranada entre tazas de desayuno y mi idea loca de mudarme a tu casa hasta mi partida, a la noche traer mis cosas del albergue, necesito tu pecho estos días, necesito tu ansia por tocarme, por hacerme el amor, y llegará el sábado y me despedirás por sorpresa sentado al piano, esa sonata de Schumann que me estremece y me dibuja en tus estanterías, tu alfombra o la luz que irrumpe en la música y el tiempo, y cuando me digas un adiós que se querría menos definitivo, sabré decirte que no he caído en el amor pero que te recordaré siempre, Pascal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

faire un froid de canard:"Il semblerait que l'expression faire un froid de canard provienne du froid qu'il fait lors de la chasse au canard.En effet, celle-ci a lieu en automne et hiver, et pour pouvoir viser un vol de canard, les chasseurs doivent rester immobiles dans le froid,
aux aguets."