27 de junio de 2006

Geografía

De niño calcaba mapas. Me entusiasmaba pintar cada país de un color, los ríos y los lagos siempre de azul, las cordilleras de marrón... Sobre todo durante los veranos, llenaba blocs enteros de mapas políticos y físicos del mundo. Aunque Europa era mi continente preferido, mi segunda obsesión -sin razón alguna, por puro capricho- era Sudamérica. Conocía las capitales de todos sus países, el nombre de los ríos principales, las montañas más altas, incluso el relieve de las costas con sus cabos y golfos.

Siempre supe que Quito era la capital de tu país, amor, pero la geografía de tu cuerpo no puede calcarse, la aprendo lentamente y la desaprendo de nuevo a fuerza de besos, mordiscos y amorosos puñetazos en las batallas que tu territorio libra contra el mío. Me estremezco cuando el calor aflora por tus poros, cuando sujeto tu pecho entre mis manos y reconozco tus dimensiones como las del hombre que amo, y si te miro a los ojos y en la misma mirada englobo poco a poco tu cabeza, tus hombros y el resto de tu desnudez, intuyo que pasarán los veranos y el mapa de tu piel seguirá siendo un misterio innombrable.

2 comentarios:

DeCa dijo...

Antes blocs, hoy blogs.

La C por La G, que distan 4 letras del abcedario. Si haces una serie, es decir 5 más, una L. L de león.

:)

Ah! Un placer. Pasar por aqui, leerte. Verte bien. Tan bien.

Naxo dijo...

Cuando ya hemos crecido, sigue siendo un placer el seguir pintando países, cordilleras, relieves y costas... Pero ahora sobre el cuerpo de la persona a la que quieres.
P.D: Ya te vale que me has quitado de los enlaces con el cambio de blog! jajaja Por cierto, te ha quedado muy chulo.
Un saludo!