8 de marzo de 2006

Lapso

El hombre, a veces,
se abandona a la melancolía
y vuelve a ser el niño solitario,
el niño que pensaba
y pensaba,
quería hallar respuestas,
tantas como estrellas en el cielo ecuatorial,
en la noche del tiempo el niño soñaba
porque el mundo era extraño,
porque el amor era extraño,
porque todo era extraño
y el niño
demasiado hermoso,
tan hermoso
que es un milagro
que ahora el hombre
se abandone a la melancolía entre mis brazos,
su cabecita perfecta
descansando en mis muslos
y mis dedos
labrando el amor en su cabello.

3 comentarios:

Vulcano Lover dijo...

El éxtasis de la perfección. Los nudos del pasado que se deshacen y se hilan en una realidad que te asombra en su forma, en su intensidad, en su infinito, profundo e inexplicable origen.

manue dijo...

Paseos a solas, contar estrellas..
melancolía es saborear ausencias (nadie debe olvidar su pasado), tristeza es acostumbrase a ellas (ni vivir en él)...

Unknown dijo...

te he leído un rato, siempre pasaba por mi mente la frase "de pequeño siempre quise ser mayor, y ahora, de mayor, quiero ser pequeño" o algo así, Bunbury siempre lo cantó mejor que yo.