14 de marzo de 2006

Deseo

Sol de la tarde,
permanece todavía,
las ventanas salpicadas
de borrones y desidia
quieren mostrar la belleza,
algo más perenne en la memoria
que un horizonte de asfalto,
decenas de fachadas grises
de oficinas como ésta,
reflejos de rostros tristes
que persiguen tu destello,
rostros de funcionario con hipoteca
y reservas de hotel
para la Semana Santa.

Sol de la tarde,
esparce la primavera,
vierte el fulgor del instante
en esta oficina
con ventanas a la mediocridad.

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