28 de junio de 2009

La flor y la naúsea

(Poema de Carlos Drummond de Andrade)

A FLOR E A NÁUSEA

Preso à minha classe e a algumas roupas
Vou de branco pela rua cinzenta.
Melancolias, mercadorias espreitam-me.
Devo seguir até o enjôo?
Posso, sem armas, revoltar-me'?

Olhos sujos no relógio da torre:
Não, o tempo não chegou de completa justiça.
O tempo é ainda de fezes, maus poemas, alucinações e espera.
O tempo pobre, o poeta pobre
fundem-se no mesmo impasse.

Em vão me tento explicar, os muros são surdos.
Sob a pele das palavras há cifras e códigos.
O sol consola os doentes e não os renova.
As coisas.
Que tristes são as coisas, consideradas sem ênfase.

Vomitar esse tédio sobre a cidade.
Quarenta anos e nenhum problema
resolvido, sequer colocado.
Nenhuma carta escrita nem recebida.
Todos os homens voltam para casa.
Estão menos livres mas levam jornais

e soletram o mundo, sabendo que o perdem.

Crimes da terra, como perdoá-los?
Tomei parte em muitos, outros escondi.
Alguns achei belos, foram publicados.
Crimes suaves, que ajudam a viver.
Ração diária de erro, distribuída em casa.
Os ferozes padeiros do mal.

Os ferozes leiteiros do mal.

Pôr fogo em tudo, inclusive em mim.
Ao menino de 1918 chamavam anarquista.
Porém meu ódio é o melhor de mim.
Com ele me salvo
e dou a poucos uma esperança mínima.

Uma flor nasceu na rua!
Passem de longe, bondes, ônibus, rio de aço do tráfego.
Uma flor ainda desbotada
ilude a polícia, rompe o asfalto.
Façam completo silêncio, paralisem os negócios,
garanto que uma flor nasceu.


Sua cor não se percebe.
Suas pétalas não se abrem.
Seu nome não está nos livros.
É feia. Mas é realmente uma flor.

Sento-me no chão da capital do país às cinco horas da tarde
e lentamente passo a mão nessa forma insegura.
Do lado das montanhas, nuvens maciças avolumam-se.
Pequenos pontos brancos movem-se no mar, galinhas em pânico.
É feia. Mas é uma flor. Furou o asfalto, o tédio, o nojo e o ódio.

LA FLOR Y LA NAÚSEA

Preso de mi clase y de ciertas ropas,
voy de blanco por la calle cenicienta.
Melancolías, mercancías me acechan.
¿Debo seguir hasta la náusea?
¿Puedo, sin armas, rebelarme?

Ojos sucios en el reloj de la torre:
No, no ha llegado el tiempo de completa justicia,
el tiempo es aún de heces, malos poemas, alucinaciones y espera.
El tiempo pobre, el poeta pobre
se funden en igual callizo.

En vano intento explicarme, los muros son sordos.
Bajo la piel de las palabras hay cifras y códigos.
El sol consuela a los enfermos y no los renueva.
Las cosas. Qué tristes son las cosas, consideradas sin énfasis.

Vomitar este tedio sobre la ciudad.
Cuarenta años y ningún problema resuelto, ni siguiera planteado.
Ninguna carta escrita ni recibida.
Todos los hombres vuelven a casa.
Son menos libres pero llevan periódicos
y deletrean el mundo, sabiendo que lo pierden.

Crímenes de la tierra, ¿cómo perdonarlos?
En muchos tomé parte, oculté otros.
Encontré algunos bellos, fueron publicados.
Crímenes suaves, que ayudan a vivir.
Razón diaria del error, distribuida en casa.
Los feroces panaderos del mal.
Los feroces lecheros del mal.

Prenderle fuego a todo incluso a mí.
Al señorito de 1918 le llamaban anarquista.
Pero mi odio es lo mejor de mí.
Con él me salvo
y a pocos doy una esperanza mínima.

¡Una flor ha nacido en la calle!
Pasad de lejos, tranvías, autobuses, ríos de acero del tránsito.
Una flor todavía descolorida
engatusa a la policía, rompe el asfalto.
Manteneos en absoluto silencio, paralizad los negocios,
aseguro que ha nacido una flor.

Su corazón no se escucha.
Sus pétalos no se abren.
Su nombre no está en los libros.
Es fea. Pero realmente es un flor.


Me siento en el suelo de la capital del país a las cinco de la tarde
y lentamente paso la mano por esta forma insegura.
Del lado de la montaña, nubes macizas van creciendo.
Puntitos blancos en el mar se mueven, gallinas aterrorizadas.
Es fea. Pero es una flor. Ha roto el asfalto, el tedio, la náusea y el odio.

1 comentario:

amanda dijo...

Chuta mi Antonio guapo, ese man!, es uno de mis preferidos, otro de los genios casi Dioses y es irresistible de colgar, yo lo he hecho un par de veces.

Esta balita de poema, que màs parece una cartuchera o una ràfaga, no la recordaba hasta la parte del vòmito.

Un transporte que se te agradece para siempre no desatender esta , tu bitàcora.