Desde abril de 2005, con cambios de nombre, con etapas de intensa publicación y otras de silencio que nunca ha sido definitivo. Pensamientos, música, cine, literatura... Un blog, lo que solían ser los blogs personales. Ante todo, un espacio de expresión.
25 de noviembre de 2005
Yo el primero
Me ocurre que al escribir, cuando recobro un recuerdo o una sensación, me alejo de la realidad y me acerco a mi realidad. Esto a veces me gusta, y otras no. Si hablo de algo que me duele (ese amor pueril e imposible, mis renuncias o mis sueños inacabados) prefiero alejarme de la realidad, filtrar ese sufrimiento, intelectualizarlo, y devolverlo al mundo una vez lo he transpirado como quien defeca lo que –en el fondo– le da la vida. Por el contrario, si se trata de una emoción positiva, describirla me hace volver al momento único en que la experimenté, reconstruir con mimo algo que ya pasó, intentando casi –aquí, en este casi, radica todo– en vano que el lector (¡toc, toc!, ¿hay alguien?) pueda sentir en su piel lo que yo sentí, que para eso está la literatura, para devolver el mundo a quienes lo perdieron. Es decir, a todos nosotros. Yo el primero.
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4 comentarios:
(sonrisa, leve)
pero, entonces, estás de este lado de la pantalla o de aquel?
Estoy como tú, de ambos.
Es sumametnee liberador poder despojarse de aquello que nos atormenta (por que en el fondo lo sigue haciendo) ya trasformarlo en algo bello y reparador como lo es el arte.
Algo que todos debemos aprender es a amistarnos con nuestros demonios. Sólo así podremos ser cada vez más "nosotros" y menos "ellos".
Paz
Sí, siervo, es liberador, y al menos para mí, necesario.
Bienvenido a mi blog.
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