10 de marzo de 2008

¿Y si...?

Empezaré señalando mi satisfacción por la victoria socialista de ayer (debida sobre todo a mi rechazo visceral al PP más que a mi entusiasmo por el PSOE), empañada sin embargo por la tristeza que me dio la caída libre de mi admirada y votada IU. Por curiosidad, y gracias a una herramienta encontrada en el blog de Vicente Navarro, he comprobado cuál habría sido la asignación de escaños si las Elecciones Generales fueran a circunscripción única; es decir, si la ley actual no estuviera hecha para satisfacer a los partidos regionalistas y nacionalistas.

Haciendo click en la imagen inferior, comprobaremos que UPyD y, sobre todo, IU, salen enormemente perjudicados por esta ley que, a mi parecer, tuvo mucho sentido en la Transición pero que treinta años después ha dejado de tenerlo. IU contaría con catorce escaños, siete veces más que ayer, mientras que UPyD (dicho sea de paso, nada santos de mi devoción aunque perfectamente respetables) tendría cuatro, el cuadruple. Dependiendo del mínimo porcentaje exigido podrían entrar más o menos partidos en el parlamento, aunque la asignación al resto solo cambiaría un escaño arriba o abajo. Lo más importante es que PSOE e IU sumarían mayoría absoluta o virtualmente equivalente a absoluta, qué idílico.


Pero, quién lo sospecharía, los que curiosamente saldrían perjudicados no serían los partidos regionalistas y nacionalistas. No, ellos se quedan igual. Los que más tienen que perder serían..., lo adivinaste: PSOE Y PP. No es comparable porcentualmente a lo que ganarían IU y UPyD, ¿pero quién quiere renunciar a unos cuantos escaños? ¿Y cómo cambiar una ley de tanto calado sin que se pongan de acuerdo entre los dos? Ciencia ficción.

Una trampa más de esta democracia.

No hay comentarios: