2 de septiembre de 2006

Se trataba de dar un paseo, caminar la rabia hasta el cansancio, intentar volver a casa listo para leer un libro, preparar la comida, hacer el amor... lavarme de todo lo que no seas tu para entregarme a ti en mi forma más pura, y es que ser, simplemente ser, es algo que me cuesta, en estos días me siento especialmente torpe, ciertas realidades me abruman por mucho que crea estar por encima de lo cotidiano, lo que no está hecho de pensamiento y deseo, y es que en el fondo creo que aprendo pero no es así, o no tan rápidamente como me gustaría, soy un hombre con memoria selectiva, o tal vez un hombre que se asigna una y otra vez retos de humo para ser Quijote -¿no es verdad, amigo Sancho?- que una y otra vez se estrelle contra sus miedos, sus verdades mudas que sólo en madrugadas bajo sábanas tú rescatas de su cómodo refugio, pero finalmente pasear me ha sentado bien, me he dejado caer por las calles de Lavapiés hasta La Casa Encendida, se está fresquito aquí, te he llamado hace un rato para decirte que te quiero, que ahora vuelvo, que me sigas queriendo así, tanto, con ese amor que me define, que me convierte sin remedio en este chico que intenta construirse en torno a las pequeñas cosas (pero tan esenciales) que me he empeñado en hacer este año.

Y es que este año quiero ser lo que hago; que en mis actos sean, ya, mis sueños.

Como quererte.

No hay comentarios: