8 de febrero de 2006

Esta mañana, mi amor, cuando los despertadores ni soñaban todavía en lanzar su grito, te toqué esta canción. La eludíamos, la convertíamos en sorpresa, y es que era la única de mi repertorio para el concierto que no conocías. Pero no era casualidad que fuera ésta, claro que no. ¿Cómo va a ser causalidad si en su letra habita el fantasma que nos atenazaba?

Te la he cantado con una mezcla de temor y orgullo. Es la más bella, te decía siempre. Aunque estaba seguro de que así era, desde que he arrancado a tocar no te he mirado ni un segundo hasta que mi voz se ha desvanecido sobre el acorde final.

¿Qué te parece?

Es la más bella, sí... has dicho tras un vertiginoso vacío. Pero la angustia vibraba en tu boca, en tu mirada de animal aterrado. En ese instante sólo se me ha ocurrido dejar la guitarra a un lado, desnudarme por completo y ofrecerte mi piel, mi cuerpo entero para que entiendas que eso ya pasó, que el sujeto de la canción ha cambiado. Entonces te has acercado, me has abrazado, has respirado de mi vientre aceptando que esa cima mía del amor soñado, imaginado, ya la he dejado atrás. Ahora soy un leño que empuja la corriente deslizándose en tu río de amor verdadero.

Sólo a ti te esperaría en el mismísimo centro del salón para nuestro baile nupcial.

Tú, el hombre nacido para mi amor.



Tú en mi isla cada amanecer
Tú en las rocas donde duerme el mar
Es sólo ilusión
Pero el invierno sin tu piel
Amenaza con frío mortal

Tú en el viento del atardecer
Tú en la lluvia que azota el cristal
Brota el sudor
Tu cuerpo imaginado es
Tan real que lo puedo tocar

¿No quieres volar de mi mano, amor?
Como dos amantes en un sueño de Chagall
¿No quieres volar de mi mano, amor?
Como dos amantes en un sueño de Chagall


Tú el trapecista sin red
Tú el novio en el baile nupcial
Suena una canción
La melodía del querer
Y una voz a punto de quebrar

¿No quieres volar de mi mano, amor?
Como dos amantes en un sueño de Chagall
¿No quieres volar de mi mano, amor?
Como dos amantes en un sueño de Chagall

2 comentarios:

Vulcano Lover dijo...

Mon ami, tu post de hoy me desata reflexiones y paralelismos con cosas que he vivido yo también, de otra forma, en otro tiempo. Y quisiera decírtelas, pero no aquí. Si me das tu permiso, lo haré en privado, sino, callaré.
Besos y fuerza en tu viaje por el torrente salvaje del amor.

Vulcano Lover dijo...

Por cierto... Uno de esos cuadros (lo confieso, para mí turbadores en su inocencia) lo hemos tenido en Madrid hace poquito... ¿pudoste verlo?...

Recuerdo la primera vez que fui a PAris, con un amigo. Hace ya muchos años. Yo me empeñé en entrar a hacer la visita guiada en L'Opéra Garnier, sobre todo por tener el placer de ver el Falso techo pintado por Marc... Yo no le quería decir que eso estaba allí, por que tuviera una sorpresa. Creo que entrar en ese teatro la primera vez ha sido de las cosas más impresionantes de mi vida... Yo me quedé literalmente petrificado, levitando casi.. Y él, me dijo, literalmente. "pues vaya garabatos, ¿no? no pegan nada"...) Creo que aún no se lo he perdonado. Sigue siendo un muy buen amigo, pero eso (francamente querida) no se lo he podido perdonar.