1 de octubre de 2005

Equilibristas

Una mirada
sin palabras.
Es tan delgada la cuerda
que nos sostiene.
Tan cerca del firmamento,
desvanecidos en su resplandor.
El universo late
sobre nosotros.
Sin huellas,
sin futuro.
Solo una cuerda.
Espero que no se rompa.
Bailemos un vals,
estallemos en risas,
besémonos para siempre,
mi equilibrista,
como si el tiempo fuera
simplemente
tú y yo caminando juntos
sobre una cuerda.

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