Tenemos poderes.
Yo soy el arquero. Tú eres el mago. Él, claro está, es el acróbata.
Yo disparo –y recibo– flechas de amor. Tú coleccionas chisteras y trucos refinados. Él trata de mantener el equilibrio sobre un puente imposible de palabras.
Nuestro mundo no es infernal, aunque hay sombras.
Es virtual e intensamente real. Es un triángulo escaleno.
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