28 de noviembre de 2005

Día del 91

Si fueras mujer te haría el amor... y ahora te maquillas frente a un espejo, y la imagen que te devuelve es la de aquel día del 91, tú y él adolescentes enamorados sin poder decir la palabra exacta, ese te quiero que brotaba de las nueces de Adán pero moría en los labios, el mar brillante como nunca en aquella playa del Pacífico, su piel y la tuya tersamente doradas, impregnados los cuerpos de la sal marina, las olas rompiendo en los pechos, las piernas en las que el vello asomaba por vez primera, y él te había abrazado por detrás, abarcándote con toda su persona porque te amaba, porque no podía ansiar otra cosa que no fueras tú convertido en deseo posible, tú mutado en la mujer que él podría poseer como en aquel instante te poseyó con sus brazos, su vientre, su boca posándose en tu nuca, resbalando hacia la mandíbula y susurrando Si fueras mujer te haría el amor... y ahora pintas tus labios de violeta, el rímel afila tus ojos felinos tal vez como él te habría sugerido, y sientes su mirada sobre tu cuerpo, su salvaje ingenuidad y su locura por ti, su mano de muchacho palpando tus medias, tu ropa interior o tu blusa entreabierta, sus dientes clavados en tu pecho, y su sexo incandescente, ese que abultaba su escueto bañador aquel día del 91, resbalando entre tus muslos buscando lo que nunca estuvo allí.

2 comentarios:

León Sierra dijo...

Asombrosa sal y agua deslizando recuerdos, como tranvía de recuerdos con escalones de madera.
Eléctricas redes para bancos de peces (entre las piernas).

su salvaje ingenuidad y su locura por ti, casi puedo verlo.

escalofríos.

Carlos Negrón dijo...

Vengo de la página de Camaleón.

Quería felicitarte por este texto... es una maravilla.

Paz