16 de agosto de 2006

Monólogo II

Lo confieso: estoy dividida. Pero así, por la mitad. Mitad misionera solidaria y mitad alguien que mataría por un bolso Loewe. A ver: vivo en Lavapiés, compro alguna cosilla en la tienda de comercio justo de La Casa Encendida, y soy una fanática del look étnico, concretamente subsahariano. Hombre, no soy una salvadora del planeta, pero tampoco una pija que pasa de todo, ¿no? Y aun con eso, de verdad que hay algo que me divide. A ratos me entran unas ganas inmensas de mandar todo a la mierda y entregar mi vida a quienes me necesiten en cualquier lugar del tercer mundo, por ejemplo... pues no sé, pero alguna labor humanitaria podré hacer, ¿no? Di que allí no hay call centers donde soportar gritos, insultos o confesiones telefónicas durante 39 horas a la semana por 650 prorrateados euros al mes. Pero en fin, quizás pueda enseñar a leer (¿en qué idioma?), ser auxiliar de hospital o algo... No sé, seguro que no me dejan ir las ONG's, que mira que son exigentes cuando una quiere viajar a los lugares del conflicto.

Bueno, siempre puedo colaborar económicamente. Siempre, eso sí, que comparta mi habitación en piso compartido, mi cama es de 90 y bien sabe Dios que no estoy gorda, así que siempre puedo hacer acción social en el mismo Madrid procurando 45 cm reglamentarios de colchón a cualquier inmigrante subsahariano por el módico precio de 150 euros al mes. Así, lo que me gane con la cama lo invierto en ONGs (bueno, en ONG's y en esas deudas de la tarjeta de crédito que no me dejan dormir). ¡Mira tú, así sí me salen las cuentas! Oye, que si para ser solidaria tengo que sentir el tronco y extremidades de un subsahariano (y mira que hay guineanos guapos) contra mi espalda, y encima me pagan 150 euros, pues puedo hacer el esfuerzo... Mejor divido mi cama que mi mismo ser con tanta duda filosófica. Aunque qué paradoja, ¿verdad? El guineano cañón me pagará 150 euros que, cosas de la vida, contribuirán parcialmente (digamos... un tercio: 50 euros) a la mejora de su continente vía yo misma y la ONG correspondiente. Es como el ciclo del agua pero con euros. Ay, qué complejo pero qué guay es ser solidaria... Mañana mismo pongo el anuncio en el Segunda Mano:

"¿No tienes donde dormir? ¿Te sientes solidario? Por sólo 150 euros al mes, invierte en el equilibrio económico del planeta a cambio de un lugar para dormir (y quién sabe...). Contáctame en chicasolidaria@gmail.com."

1 comentario:

DeCa dijo...

¿?

Monologuista?
Antonia?