Hoy he estado leyendo muchos SMS, todos tus SMS. No, no todos, hubo un momento en que no quise seguir. Los leía y armaban algo que resonaba en mí.
Y ahora todo parece tan predestinado, ahora me veo, nos veo, y me siento incapaz de reprochar nada ni de aceptar ningún reproche. Ahora no hay nada y cuesta creer que lo hubo. Pero lo hubo.
Hoy leía esos SMS, movía los labios, pronunciaba tus palabras.
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