(Osadía) poética
Ella no me esperaba
con su libro de Capote
ni llevaba sudadora roja;
simplemente estaba
allí con su sonrisa.
Hablamos mucho,
ella dejaba calentar
o enfriar
lo que (no) bebía;
yo la miraba
incrédulo primero,
conquistado después.
Ella es la chica,
no podía ser de otra forma.
Ella es una estrella,
¿lo sabe?
Volveremos a caminar en la noche,
caminaremos juntos mucho tiempo
ella,
ella,
y yo.
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