4 de mayo de 2005

Aquella noche

¿Te acuerdas, cariño, de nuestra primera noche? Yo andaba perdido en tus ojos, tus pequeños gestos, tus manos siempre enfatizando tus palabras, y hubo un instante en que no pude más y te dije "¿Puedo coger tus manos?", y tú no te negaste, me permitiste tomarlas en las mías, y nuestros dedos comenzaron a enredarse en una red de palpitación y silencio, hasta que al final tú te levantaste y tiraste de mí llevándome a tu dormitorio, me decías "Ven aquí, tonto", y yo te seguí, seguro al fin de que, siquiera por una noche, serías mío.

No hay comentarios: