13 de diciembre de 2009

Daydreams?

Eros y Tánatos dominando el sueño más largo y agitado que recuerdo. Doce horas más intensas que doce horas del día. Primero, Tánatos hundiéndome en el horror interminable, el llanto brutal, el alarido que me expulsaba a un breve despertar. Pero los dioses me seducían esta noche, y pronto me entregaba de nuevo al sueño para matar a quienes más quiero. La última víctima: mi madre. La muerte de la madre es la pesadilla más espantosa de todo hombre, y sólo entonces decidió Tánatos soltarme de sus garras y dejarme enfermo de dolor, huérfano, solo en el mundo. Y en el abismo apareció Eros, y fue el amor en forma de ternura quien borró el rastro de Tánatos. Pero la sorpresa fue que Eros me tenía reservado a un chico para dar y recibir esa ternura que, en las horas del día, nunca había osado ni siquiera imaginar como sujeto de tal sentimiento. Y sin embargo fue él a quien en mi sueño susurré, abracé, besé con suavidad en el cuello. Fue él cuyo pelo despeiné al abrir los ojos, cuyos labios devoré, cuyo cuerpo se desplomó sobre el mío tras el alarido final, un alarido de placer, extático, de este lado, el de la vigilia, donde el deseo es a menudo aplastado por la razón que nos dice: "No, él no...". Y ahora, turbado aún por el sueño, me preguntó sobre la naturaleza del deseo. Y pienso en su mirada de chico bueno, su boca desmesuradamente sensual, su imaginación sin límite, y me digo: "¿Por qué reprimiste un deseo así, sólo porque es indebido?".



"El amor, que al que es amado obliga a amar, me infundió por éste una pasión tan viva que, como ves, aún no me ha abandonado. El amor nos condujo a una misma muerte. El sitio de Caín espera al que nos quitó la vida.” (...) “Pero dime: en el tiempo de los dulces suspiros, ¿cómo y por qué os permitió el amor que conocieseis los turbios deseos?" (Dante, "La Divina Comedia")

2 comentarios:

Unknown dijo...

What we call the beginning is often the end
and to make an end is to make a beginning.
The end is where we start from. And every phrase
and sentence that is right (where every word is at home,
taking its place to support the others,
the word neither diffident nor ostentatious,
and easy commerce of the old and the new,
the common word exact without vulgarity,
the formal word precise but not pedantic,
the complete consort dancing together)
every phrase and every sentence is an end and a
beginning,
every poem an epitaph. And any action
is a step to the block, to the fire, down the sea's throat
or to an illegible stone: and that is where we start.
We die with the dying:
see, they depart, and we go with them.
We are born with the dead...

(Little Gidding, "Four Quartets" by T. S. Eliot)

Vulcano Lover dijo...

El deseo y los espejos, o el deseo de ser deseado, o de desear por ser deseado, o para serlo, o de desear sin saber si se desea más o se es deseado... UN bucle cerrado en el que permaneces fuera o no sales nunca ya.