5 de julio de 2009

Dorothea Lange: Los años decisivos

En la Fundación ICO (c/ Zorrilla, 3), y dentro de la programación de PhotoEspaña, se puede ver la exposición Dorothea Lange: Los años decisivos hasta el próximo 26 de julio. La fotógrafa, tras una infancia marcada por la polio que le dejó una cojera permanente y el abandono de la casa familiar por parte de su padre, había recalado en San Franciso en 1918 e iniciado una carrera exitosa como fotógrafa de estudio. Diez años más tarde, en la antesala de la Gran Depresión, da a luz a su segundo hijo fruto de su matrimonio con el pintor Maynard Dixon. Es precisamente cuando los estragos de la economía empiezan a dejar su huella en los habitantes de la ciudad que Dorothea Lange deja la comodidad de su estudio e inicia una etapa trashumante que le daría la fama mundial.


Mucho se ha dicho de Dorothea Lange, y todo es cierto: su empatía por los desfavorecidos, su capacidad para aislar la desolación de una persona en un retrato colectivo, su entrega vital a proyectos que acarreaban dureza física y largos periodos fuera del hogar. De hecho, en 1935 se divorcia de su primer marido y contrae su segundo matrimonio con el Profesor de Economía en la Universidad de California Paul Schuster Taylor, quien comparte su aventura documental de entonces en adelante. Es en 1936 cuando logra la fotografía que le hizo famosa: el retrato de una mujer migrante con tres de sus siete hijos. Las sequías, las tormentas de polvo, y los cambios de la producción agrícola, acabaron con las ilusiones de miles de americanos arrastrándolos literalmente a la carretera en busca de otro lugar donde sobrevivir. Dorothea Lange estuvo allí para que el resto del mundo lo viera.


Invariablemente, la fotógrafa completa el paisaje de un país en proceso de pauperización con cada viñeta donde personas con la mirada extraviada, cargada de sufrimiento y desesperanza, sobresalen de sus sombras sobre aceras, tierras, caminos polvorientos del país de las oportunidades. En ciertas ocasiones, se trata de reportajes que encarga el gobierno para mostrar sus planes de salvamento económico. Sin embargo, en 1942 ocurre lo contrario. Tras el ataque japonés a Pearl Harbor en plena Guerra Mundial, el gobierno estadounidense decreta el envío a campos de refugiados de todos los ciudadanos de origen nipón. Lange deja su beca Guggenheim y se lanza a fotografiar ese éxodo obligado de unas personas inocentes. Negocios que cierran, casas vacías, despedidas en las calles de quienes ya marchan en camiones y los que lo harán al día siguiente o al otro. Solo años más tarde se hicieron públicas las fotografías que denunciaban la inútil venganza del gobierno contra Japón, ya que el ejército las censura.

 

Acabada la guerra, los últimos veinte años en la vida de la fotógrafa estuvieron marcados por una mayor estabilidad vital y varios problemas de salud hasta su muerte en 1965. Pero la exposición en Fundación ICO se circunscribe a esos "años decisivos" que constituyeron la caída y posterior auge del imperio favorecido finalmente por esa II Guerra Mundial tras la que el mundo nunca fue lo que era y Estados Unidos impuso su hegemonía en el nuevo orden económico. Años que Dorothea Lange retrató en su versión más cruda: aquella que no esconde a las víctimas, quienes perdieron los mejores años de sus vidas durante la transición entre dos épocas.


Dorothea Lange: Los años decisivos, una mirada de ser humano a ser humano en el corazón del dolor.

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