17 de mayo de 2008

Carver y el amor

Yo os diré lo que es el amor verdadero. Quiero decir, os daré un buen ejemplo. Y luego podréis sacar vuestras propias conclusiones. ¿Qué sabemos ninguno de nosotros sobre el amor? Yo creo que tan solo somos principiantes en el amor. Decimos que nos queremos y lo hacemos, no lo dudo. Yo quiero a Tere y Tere me quiere a mí, y vosotros os queréis el uno al otro. Ya entendéis la clase de amor de la que estoy hablando. Amor físico, el impulso que te atrae hacia alguien especial, y también el amor por el ser de la otra persona, por su esencia, diría. Amor carnal y, bueno, llamadlo amor sentimental, el cariño del día a día. Sin embargo, a veces me cuesta mucho admitir que yo también debo de haber querido a mi primera mujer. Y la quería, sé que la quería. Así que supongo que soy como Tere en lo que respecta a eso, Tere y Rafa. Hubo un tiempo en que pensaba que amaba a mi primera mujer más que a la vida misma. Pero ahora, la odio a muerte. La odio. ¿Cómo se puede explicar? ¿Qué pasó con ese amor? Qué pasó con él, es todo lo que me gustaría saber. Ojalá alguien pudiera decírmelo. Y luego está Rafa. Está bien, volvamos a Rafa. Él quiere tanto a Tere que intenta matarla y acaba matándose él mismo. Vosotros lleváis juntos dieciocho meses y os queréis el uno al otro. Se nota, no hace falta que lo digáis. Brilláis. Pero los dos habéis querído a otras personas antes de conoceros. Los dos habéis estado casados antes, como nosotros. Y probablemente quisisteis a otras personas antes de eso también. Tere y yo llevamos juntos cinco años, cuatro de matrimonio. Y lo terrible, lo terrible es, pero lo bueno también, lo que nos salva, por así decir, es que si algo le ocurriera a uno de los dos –y perdonadme por decir esto–, si algo le ocurriera a alguno de los dos mañana, pienso que el otro, la otra persona, guardaría luto por un tiempo, ya sabéis, pero luego el que sobreviviera saldría y volvería a amar, encontraría pronto a alguien. Y todo esto, todo este amor del que estamos hablando, sería tan solo un recuerdo. O tal vez ni siquiera un recuerdo. ¿Me equivoco? ¿Me he extraviado demasiado? Porque quiero que me lo digáis si creéis que me equivoco. Quiero saber, eso es todo. No sé nada, y soy el primero en admitirlo.

Extraido del relato "De qué hablamos cuando hablamos del amor", de Raymond Carver

No hay comentarios: