24 de mayo de 2008

Before the devil knows you're dead


Hay películas que desde la primera escena introducen al espectador en una atmósfera, un ritmo, una cualidad difícil de describir y que entronca con narrativas donde lo real se muestra ligeramente desplazado hacia lo irreal. "Antes que el diablo sepa que has muerto" comienza con un coito en tonos grises, quemados, una conversación donde todo lo que no se dice cobra más importancia que lo que se dice, una escena donde el conflicto de ese hombre y esa mujer se presenta con sutileza y rotundidad a un tiempo. Estos parámetros, esta intensidad, se mantendrán sin descanso.

La película, pronto nos damos cuenta, no nos será contada linealmente. Y por una vez la elección no es arbitraria, sino digna de un maestro como Sidney Lumet. Los saltos temporales logran algo que en el caso de un thriller con la fuerza dramática y la profundidad psicológica de este es casi obligado: nos engaña haciéndonos creer que sabemos lo más importante, ese devenir vertiginoso del argumento, para luego, en esos flashbacks deslumbrantes, enseñarnos las entrañas de los hermanos Hanson y su padre para que nos demos cuenta de que esto determina lo otro: sin esa ración de pobredumbre moral y fatalidad, la espiral de violencia que se desata no tendría lugar. Dicho de otra forma, a Lumet la etiqueta "thriller" le interesa menos que la etiqueta "drama", por más que la película sea un goce en ambos sentidos.

Ethan Hawke como Hank (cada vez más en estado de gracia y mi actor-fetiche desde "Dead poets society"), Philip Seymour Hoffman como Andy (sin palabras la maestría de este actor), y el veterano Albert Finney como Charles Hanson (insondable en su papel de padre fracasado y vengador), ofrecen un recital interpretativo de primera categoría. Bien es cierto que sus personajes están dibujados con un detalle del que los femeninos carecen, y quizás por eso el único "pero" a la película sea no haber dotado sobre todo a la mujer de Andy y amante de Hank, Gina, de más peso, pues esa escena inicial a la que aludí parece además apuntar a ello.


Con todo, "Antes que el diablo sepa que has muerto" es una lección de cine en todos sus ámbitos, y sorprende por entero incluyendo ese final absolutamente contracorriente, y más en Hollywood, en el que el Bien y el Mal se confunden, se anulan, quedan reducidos a la nada cuando cada uno tiene su propio concepto de justicia. Y entre tanto, entre disparos, engaños y extorsiones, ofrece un estudio psicológico sin piedad de unos personajes enmbarrados en un destino cruel del que tratan de escapar para solo empeorarlo.

No durará mucho en cartelera, y es una de esas películas-secreto del año. Que conste en acta.

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