28 de agosto de 2006

Último día

Nada especial... ni siquiera mi último día en esta oficina se revela diferente. Da la impresión de que podría volver dentro de cinco años y parecería que no me había ido nunca. Pero me voy, ya no volveré a perder el tiempo en los pasillos, ya no trataré de distinguir el sol tras las ventanas opacadas por el polvo y el olvido, ya no ficharé con mi tarjeta ante la humillante aprobación de los guardias de seguridad que te perdonan la vida cada vez que entras o sales.

Dejaré de ver las caras que se han hecho cotidianas para mí hasta el punto de verme reflejado en su hastío, su desgana funcionarial, su desligamiento de la vida que podría ser pero que no es. Quiero tomar el tiempo de encontrarme de nuevo, restablecer un diálogo interrumpido por la monotonía, la indolencia de la nómina generosa a fin de mes. Creo que empezaba a desconocerme, será excitante descubrir todo lo que me estaba perdiendo.

Hacer de este último día, el primero de los que vendrán.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

decisión valiente... que haya reencuentro, que los nuevos días sean buenos y se aproveche del sol y las estrellas

Anónimo dijo...

Bonne chance...

Anónimo dijo...

Oooops... El Rubicon!