22 de agosto de 2009

Inalámbrico

Los cables sobran en el mundo de hoy. Son antiestéticos, molestos. Erradicarlos significa el triunfo sobre las ataduras. Todo ha de ser leve, fácilmente movible, provisional.

Tengo un laptop, mi adsl e incluso mi impresora son wifi. Pero hay ataduras resistentes a la ausencia de cables, se aferran a la vida, siguen allí. Y pasa que cuando veo que nada tangible me conecta a ciertas personas, me pongo triste. La nada es triste. Yo no soy nihilista.

Echo de menos los cables. Me hacen consciente de a quién me siento vinculado, y a quién no.

No hay comentarios: