28 de noviembre de 2008

Coexistencia

Soy yo, amor, y soy ese otro. Acabo de dejar nuestras sábanas y siento nostalgia de mí, y a un tiempo siento curiosidad por mí, por quien puedo ser mañana o tan solo dentro de un rato. A veces creo que cumplir años es un lento proceso de desconocimiento, y a veces me contradigo y pienso que en realidad uno va conociendo esas otras identidades que encerraba en un cuarto oscuro, sin apenas aire, y que al fin rompen los muros y se manifiestan -nos manifestamos- y entonces parece que cada día nos desconocemos más cuando en realidad se trata de un hermoso grito de vida. Pero la belleza no es inocua, amor, y este yo que somos muchos no tiene más remedio que hacerte daño, yo mismo padezco el daño de la coexistencia de esas identidades y pierdo el hilo de esta realidad tratando de dar un sentido a tanta tensión, tanto impulso y tanta necesidad. Y luego está el pasado vacío que quiero llenar a paletadas con este presente que nunca fue tan veloz, este presente que nos lleva a ti, a mí, a nuestras múltiples identidades en coexistencia promiscua. Antes, entre nuestras sábanas, he descubierto tu pantalón de pijama, tu reloj, el libro que leías ayer noche con esa linterna para no desvelarme, y he recordado muchas otras escenas así, escenas de olores y tactos en Madrid donde sábanas desechas revelaran ese discurrir de la vida compartida. Pero ahora somos más, cumplimos años y las identidades aprisionadas andan rompiendo muros, y nuevas verdades me constituyen, te constituyen, y a ratos pareciera que cada vez compartimos menos, que ese pantalón o ese reloj o el libro que leias anoche, son mudos testigos de un encuentro físico, programado, más que de una comunión de ideas y deseos, ese sexo entre mentes -Martín Hache, ya sabes- que fue nuestro big-bang. Esta coexistencia de identidades me desdibuja, impide el logro coherente, definible. El reloj hace tic-tac, tic-tac. tic-tac...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

...y me parece oir el latido de tu corazon cuando apoyo mi cabeza en tu pecho.

León Sierra dijo...

La belleza...

Hay una canción de Aute que dice así no?

Tengo nostalgia de esa canción ahora.

Anónimo dijo...

Aquí tienes esa canción, verdaderamente bella.

Anónimo dijo...

La belleza... no me hagas llorar! Cuantas memorias, cuantos rostros, cuanta vida, ...intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada...