15 de abril de 2008

Perdone... ¿Dijo P.S.O.E.?

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, abogó esta noche por que la política migratoria del Gobierno "persiga" a quien esté en España "de forma ilegal" y a quienes "se aprovechan de la situación".
Estas declaraciones del nuevo ministro de trabajo (me niego a poner mayúsculas a un cargo que está para servir y que emana de las urnas) podría haberlas hecho un Zaplana o Acebes cualquiera, y me dejarían como estaba. Pero que las haga un ministro del gobierno socialista me decepciona; o más bien no: me deja con la certeza de lo que ya era una sospecha. Zapatero se aplica con esmero capas y capas de maquillaje conservador para que ciertos sectores mediáticos no le pongan a parir con el desgaste que ello supone. Pero pasa que el maquillaje lo vemos todos, y pasa que algunos acabamos confundidos y no sabemos qué es maquillaje y qué se lleva realmente en la piel.

La inmigración es un tema manipulado, presentado habitualmente como un problema cuando en verdad ha sido y es una solución a los propios problemas de este país. Los datos están ahí, y la objetividad también. Generan crecimiento económico, consumen, mantienen una tasa de nacimientos óptima, cotizan, pagan las pensiones de los jubilados españoles, etc. Sobre todo: al igual que en las grandes potencias mundiales salvo China, se encargan de los trabajos que mayoritariamente desechamos los no inmigrantes.

La delincuencia ha existido siempre. Jamás ha sido un problema étnico sino social. Si hay sectores con mayor índice de miseria habrá que focalizarse en su desarrollo, no en su castigo y exclusión. Persigamos con la fuerza de la ley a todos los delincuentes, no a un grupo de población. Al 99% de los millones de inmigrantes latinos, africanos y asiáticos que viven en España, le ha costado un esfuerzo y un dolor enormes acumular el dinero para venir, abandonar el lugar donde nacieron y se criaron, su entorno humano, y adaptarse a una realidad completamente diferente donde se sienten desarraigados, solos. Muchos vienen con la promesa de un bienestar burgués inalcanzable en su país, y lo que se encuentran es que aquí tampoco pueden alcanzarlo si no es a costa de la explotación laboral evidente o velada. La diferencia es que allá, donde nacieron y se criaron, la explotación está universalizada y solo les da para comer lo mismo cada día, malvivir, soñar con ese bienestar burgués que aquí, en España, se nos supone a todos.

Señor Corbacho: nadie se aprovecha de nada, metáselo en la cabeza. Viaje usted a un suburbio de Guayaquil o Lima, adéntrese en el África subsahariana o más allá de los higiénicos límites turísticos de cualquier país del sureste de Asia. Conozca más para no hablar sin saber, haga honor a las siglas que representa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Elorri,

Llegué a tu blog por casualidad , cómo se llega a casi todas (o a todas) las cosas, hace algunos meses y desde entonces me gusta visitarlo y leerte. Me motivó a escribirte tu acertada reflexión sobre la immigración, es tan necesario reivindicar un mundo más justo!

Saludos!

Laura

Anónimo dijo...

Gracias, Laura. Lo peor de este mundo del blog para quienes tenemos uno, es no conocer a esos lectores que nos siguen en silencio. Me alegro mucho de que este post en concreto te haya motivado a abandonar tu respetable anonimato.

Vuelve...