10 de octubre de 2007

La ciudad invisible

El miércoles 19 de septiembre, no hace ni tres semanas aunque parezca mucho más, León y yo fuimos entrevistados en el programa "La ciudad invisible" de Radio3 por las representaciones de "La voz humana" que tuvieron lugar en el Teatro de las Aguas del 20 al 29.

Aquella tarde estaba nervioso, casi diría que inseguro. Me había enterado a mediodía de que yo también iba a estar en el estudio y no había tenido tiempo para hacerme una idea. Sin embargo, la amabilidad extrema de los presentadores y el tacto con que habían preparado todo me hicieron sentir muy a gusto desde el principio, y creo que pude expresar bastante bien lo que sentía respecto a la obra, al igual que León. Incluso, me permití una incorrección política al responder a la pregunta de cuál era mi ciudad invisible que los presentadores encajaron con buen humor.

Al día siguiente fue el estreno, y los nervios y la inseguridad volvieron al punto de atenazarme y no dejarme disfrutar por completo de la representación. Solo poco a poco, día a día, me fui convenciendo de la grandeza de lo que entre todos habíamos parido, mimado; no fue en concreto hasta la cuarta función, la del jueves 27, cuando entre lágrimas, mientras aplaudía a la inconmensurable Esther Olmeda, tuve mi cura de orgullo definitiva y asumí que todos -el director, la actriz, la escenógrafa, el iluminador y el versionista que suscribe este post- podíamos sacar pecho y no sucumbir más a una humildad que no se ajustaba a nuestros méritos.

He querido recordar esa entrevista porque allí fue donde primero nos sentimos acreedores de ese orgullo al que toda creación llevada a buen puerto debe dar lugar (acompañado siempre, eso sí, de la atención a las críticas ajenas y de la propia autocrítica como herramientas básicas para superar fallos o debilidades). Este es el enlace(*) del blog del programa.

(*) Decir que el texto que aparece en el cuaderno para la obra no pertenece a mi versión.

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