1 de julio de 2005

Epílogo

Lo sabíamos, pero queríamos olvidarlo. Acaso una duda, resuelta al primer impulso, una mirada, una risa... Pero lo sabíamos. No, no duraría. Porque no me ves, no te viste en el reflejo ni me viste a mí. Y si no me miras, dime cómo vas a enamorarte. De qué, de quién. Si no me miraste, no quisiste saber de mi belleza, mi luz, mis sombras. Tus ojos transparentes no se quedan con ninguna imagen, no buscan certezas. Todo los traspasa y nada queda. Sabíamos que no duraría, y sin embargo me asomé contigo al cielo y te besé, y luego la ventana reflejó nuestros cuerpos, y sólo yo vi que aquel dibujo era bello, que tu cuerpo y mi cuerpo podían componer las formas que quisiésemos. Todo estaba por inventar. Pero aplastaste con monotonía y vulgaridad aquel sueño, nuestra fantasía de amor. Ahora toca volver a olvidar, y cada vez es más difícil.

No hay comentarios: