Hacemos tiempo
de amor,
ha llegado el frío
(me has dicho que te gusta),
improvisamos la espera
en el Nebraska;
es la hora en que nadie pide ya chocolate
(¿un sandwich y dos dobles?),
y entonces me miras
así,
y dices algo
más desarmante que tu mirada,
y el mundo podría ser
este lugar anacrónico,
o incluso más pequeño:
tu mano...
podría vivir en su calor.
2 comentarios:
Siempre el amor, aun en el lugar más inhóspito. Saludos cordiales.
estaciones de paso, por sólidos que sean sus cimientos. Estuve en una cafetería así, como quien espera el tren.
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