8 de mayo de 2010

Posts en borrador (III)

Hoy ando desempolvando posts que tenía en borrador. Me he encontrado este, se titulaba "Noche del once de mayo" y efectivamente fue entonces cuando lo escribí. No me acordaba de él, lo admito. La razón por la que nunca lo publiqué es que mientras le daba forma sucedió algo que convirtió en absurdas todas y cada una de sus palabras, más de lo que bastantes de ellas lo eran ya por sí mismas. Ahora lo puedo publicar, ahora ni siquiera es terapeútico hacerlo: es puro capricho. La canción (Billie, siempre Billie...) es un añadido de hoy, gracias a la inútil sabiduría que da el paso del tiempo.

NOCHE DEL ONCE DE MAYO

Hace pocos días renové mi DNI, hoy he recibido mi flamante carné de conducir, hasta parece que pronto tendré un trabajo y seré capaz de firmar el contrato sin discutir ni una sola de sus claúsulas. Tengo nuevos amigos, unos labios todavía extraños que besar con los míos, hasta el espacio que habito es distinto al de hace tan solo unas semanas. Tanta novedad y sin embargo soy yo, mi viejo conocido, profundamente yo otra vez en esta búsqueda. ¿Cuántas van ya, Antonio? Pero qué necesarias te parecen siempre... Ya he prendido fuego a medio Madrid, ahora me queda el otro medio.

Quiero volar contigo en un Audi a 200 km/h sorteando con elegancia las curvas, los árboles, los precipicios. Quiero susurrar quédate en tu oreja perfecta y saber que te quedarás. Quiero que me dés algo que no te haya pedido, me valdrá cualquier cosa si nace de ti, lo que quieras tú. Ya sabes que me importa mucho más verte vibrar, así, que descrifrarte... Así que en serio: créeme lo del Audi, los 200 km/h, la elegancia de amarse sin miedo. Y si no es un Audi me da igual, podemos escapar en un coche cualquiera de segunda mano. en realidad lo del Audi era solo por fantasear, para disgusto de mi madre no voy detrás del dinero así que jamás tendré un Audi. Tampoco seré nunca un directivo, ni un funcionario, ni siquiera un novelista de éxito. Seré mi límite, eso sí te lo prometo. En eso ando, en acercarme a esas regiones vacías, sin coordenadas, sin certezas.

Parece poesía, pero si lo estás leyendo puede que ya sea cierto.