A ti, mi niño bueno, por quien conocí al poeta:
SOLARIS
Tenderá su mano el niño
y no importará si estoy vivo o muerto.
La felicidad será mi geografía
y no tendrá limites.
Tomaré su mano
y ya no habrá memoria del dolor.
Ni la vieja costumbre de ver pasar las horas
y apagarse la vida.
Me tumbaré en la hierba de un jardín infinito
y contaré las almas que habitan las estrellas
hasta quedar dormido.
Y soñaré que vienes a buscarme,
me tiendes la mano y eres un niño.
LEOPOLDO ALAS (1962 - 2008)
Concierto del desorden (Calambur, Madrid 2007)
No está nada mal eso de que la felicidad sea tu propia geografía, aunque creo que sí que habría que ponerle límites..., que uno luego se acostumbra a todo lo bueno.
ResponderEliminarY sí, los blogs no tienen la culpa de nada. Lo único es que a veces son mantas calentitas dónde poder abrigarte, pero en otras ocasiones son mantas electrificadas. Tú me entiendes, no? :)
Un saludo y gracias por pasar por mi rincón.
Vaya si te entiendo, pero aquí estamos...
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